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Fernando Pérez Oyarzún recibe el Premio Nacional de Arquitectura de Chile 2022

20 de mayo 2022

Tomado de https://www.ed.cl

El directorio nacional del Colegio de Arquitectos de Chile presentó hoy al ganador del Premio Nacional de Arquitectura, la mayor distinción que puede recibir un arquitecto en nuestro país. El ganador es Fernando Pérez Oyarzún, actual director del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA).

El Premio Nacional de Arquitectura, entregado por el Colegio de Arquitectos de Chile, es la máxima distinción que puede recibir un arquitecto o arquitecta en nuestro país. El premio busca reconocer a quienes “hayan marcado un ejemplo para todos los y las arquitectas, en cualquiera de las manifestaciones del ejercicio profesional, ya sea en el campo de la ejecución de obras de arquitectura, labores académicas, gremiales, de servicio o gestión pública”.

Y este año, el Premio Nacional de Arquitectura recayó en Fernando Pérez Oyarzún (1950), director del Museo Nacional de Bellas Artes desde 2019. El arquitecto ha sido reconocido por su gran influencia en el ámbito artístico, cultural y patrimonial de Chile, con importantes obras en el espacio público, como la Facultad de Medicina de la UC, la Biblioteca de Biomédica, la Escuela de Arte de la UC y el Centro de Cáncer Nuestra Señora de la Esperanza entre otras.

“Pocas figuras en Chile han explorado como el arquitecto Fernando Pérez Oyarzún de manera tan consistente las incontables posibilidades que abre la arquitectura como campo de acción de todo tipo”, dice el comunicado oficial del Colegio de Arquitectos. “Ha mostrado una fuerte atracción por lo múltiple y un rechazo por cualquier enfoque que resulte reductivo, desde cualquier punto de vista, unido evidentemente también a un particular talento para afrontar los desafíos que tal posición conlleva”.

Pérez Oyarzún, que fue músico antes que arquitecto –estudió guitarra y composición en la Universidad de Chile antes de entrar a arquitectura–, fue decano de la Facultad de Arquitectura y Bellas Artes de la UC entre 1990 y 2000, donde ejerció como académico desde 1974, siendo actualmente profesor titular. También fue director de la Escuela de Arquitectura de la UC entre 1987 y 1990 y director del Centro del Patrimonio Cultural en esa misma casa de estudios.

Para el arquitecto José Rosas, uno de los promotores de la postulación de Fernando Pérez Oyarzún al premio, “constituye un arquitecto, un académico y un intelectual en el más amplio sentido de la palabra”, según declaró en una entrevista en la radio Duna.

“La claridad de su planteo y el cuidado de los detalles reflejan el mismo espíritu que puede observarse en sus ensayos y en su obra escrita”, explican desde el Colegio de Arquitectos. “De ahí, esa inusual convergencia entre palabra escrita y construcción, que ya había sido señalada por Alberti como característica de la «arquitectura culta» y que nada cuesta encontrar en la creación de Pérez Oyarzún. En su última producción esta convergencia se ha acentuado, siguiendo los andariveles de la confluencia inevitable para el momento actual y futuro de nuestra disciplina, como la necesaria articulación entre proyecto e investigación”.

ACA

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Carme Pinós, Premio Nacional de Arquitectura de España 2021

Escrito por Fabian Dejtiar

13 de diciembre 2021

Tomado de Plataforma Arquitectura

El viernes 10 de diciembre, se anunció que Carme Pinós ha resultado ganadora del máximo galardón arquitectónico otorgado en España: el Premio Nacional de Arquitectura promovido por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

Con una trayectoria de más de 90 años de historia, este premio busca destacar a una persona que, con su trabajo o con el conjunto de su obra, contribuya o haya contribuido de forma extraordinaria al enriquecimiento de los aspectos sociales, tecnológicos y sostenibles de la Arquitectura o el Urbanismo español dentro y fuera de las fronteras españolas. Definitivamente Carme Pinós, lo tiene merecido. Sus obras van desde el clásico de la arquitectura Cementerio Igualada junto a Enric Miralles hasta los recientes Escola Massana, Centro de Arte y Diseño y la Sede de las Delegaciones Territoriales de “Les Terres de l’Ebre”.

En esta ocasión, el jurado estuvo conformado por Álvaro Siza Vieira (Premio Nacional de Arquitectura 2019); Alberto Campo Baeza, (Premio Nacional de Arquitectura 2020); Luis Fernández-Galiano (propuesta de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando); Mar Loren Méndez, (propuesta de la Conferencia de Rectores de Universidades españolas); Sol Madridejos Fernández, (propuesta del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España); Eva Armas Gil, (propuesta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España); y María Langarita Sánchez, (propuesta de la Dirección General de Agenda Urbana y Arquitectura). Asimismo, el secretario del jurado fue Iñaqui Carnicero (director general de Agenda Urbana y Arquitectura), y la secretaria de actas fue Marta Callejón Cristóbal (subdirectora General de Arquitectura y Edificación).

El jurado destacó en esta ocasión la solida trayectoria de Pinós, siendo a la vez prolífica y de excelencia, impregnada siempre por una gran potencia creadora. Un proceso creativo que recorre toda la obra arquitectónica, culminando con una sobresaliente ejecución de lo proyectado. Al mismo tiempo, enfatizó la responsabilidad social y la sostenibilidad perseguida en sus proyectos, haciendo mención además a su transversalidad como profesional, promoviendo el diálogo de la arquitectura con otras disciplinas y demostrando una gran capacidad divulgativa tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

En este sentido, de forma reciente, el 28 de octubre de 2021 tuvo lugar la inauguración de la Exposición Carme Pinos – Contexto y conceptos en el marco de la 2021 Bienal Internacional de Arquitectura de Euskadi MUGAK, que estará abierta al público hasta el 27 de febrero de 2022. En esa ocasión, realizamos una entrevistamos con Pinos para conocer su punto de vista sobre lo que significa para ella el Patrimonio y la Modernidad:

«Respeto al pasado, pero con miras hacia un mejor futuro».

ACA

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Alberto Campo Baeza, Premio Nacional de Arquitectura de España 2020

Escrito por Fabian Dejtiar

2 de enero de 2021.

Tomado de Plataforma arquitectura

Alberto Campo Baeza suma otro reconocimiento a su amplia colección. El premio Nacional de Arquitectura de España 2020, convocado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, le fue concedido por su completa labor profesional y académica.
El ministro español José Luís Ábalos celebró en sus redes sociales la decisión: «Acabo de hablar con el arquitecto Alberto Campo Baeza para comunicarle que ha sido galardonado con el Premio Nacional de Arquitectura 2020, en reconocimiento a la coherencia de su trayectoria, su independencia creativa y a toda una vida dedicada a la docencia».

El Premio Nacional de Arquitectura es un reconocimiento otorgado anualmente desde 1932. Entre los ganadores anteriores se encuentran personajes como Francisco Javier Sáenz de Oiza (1946 y 1954), Alejandro de la Sota (1974), José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún (1948 y 2001), Miguel Fisac (2002), Juan Navarro Baldeweg (2014), Manuel Gallego Jorreto (1997 y 2008) y Rafael Moneo (1961 y 2015).

En esta ocasión, la selección fue realizada por un jurado compuesto por Alvaro Siza Vieira, ganador del premio en la edición anterior, Manuel Gallego, Estrella de Diego, Elisa Valero, Carme Pigem, Inmaculada Maluenda y Lucía Cano, junto al Director y Subdirector de Agenda Urbana y Arquitectura.

Alberto Campo Baeza es Catedrático Emérito de la ETSAM UPM, Académico de la Real Academia de Bellas Artes, Tessenow Medal, Premio Arnold Brunner de la American Academy of Arts and Letters de New York, e International Fellow del Royal Insitute of British Architects y del American Institute of Architects. En 2017 fue Premio COAM y Premio Attolini de la Universidad Anahuac en México, y en 2018 Premio Piranesi de la Accademia Adrianea de Roma. Y en 2019 Medalla de oro de la Arquitectura del CSCAE.

Campo Baeza nació en Valladolid, donde su abuelo ejercía como arquitecto, y vive desde los dos años en Cádiz. El arquitecto es, como ya se dijo, Catedrático Emérito de Proyectos en la Escuela de Arquitectura de Madrid, ETSAM, en la que ha sido profesor durante más de cincuenta años.

Además, ha impartido clases en la ETH de Zúrich y en la EPFL de Lausanne, en la Universidad de Pennsylvania en Filadelfia, la Bauhaus de Weimar, en la Kansas State University, en la CUA University de Washington y en L’Ecole d’Architecture in Tournai, en Bélgica y ha sido Clarkson Visiting Chair in Architecture por la Universidad de Buffalo. Sus obras han tenido un amplio reconocimiento, tal y como destaca el Ministerio de Transportes. Desde la Casa Turégano o De Blas, ambas en Madrid, hasta las casas Gaspar, Asencio y Guerrero en Cádiz; la Caja de Granada y el Museo MA, ambos en Granada; la plaza Entre Catedrales en Cádiz y las casas Moliner en Zaragoza y Rufo en Toledo; la Casa Olnick Spanu en Nueva York y la Guardería para Benetton en Venecia.

ACA

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 226

1976 amaneció con la noticia de que Petróleos de Venezuela (PDVSA) asumía formalmente la responsabilidad de extraer y refinar el crudo venezolano, consolidando la nacionalización del sector. El acto formal que daba inicio al proceso estuvo a cargo del entonces Presidente Carlos Andrés Pérez, quien pronunció un discurso desde el pozo Zumaque I, lugar del reventón de 1914. Estábamos en medio de la “Gran Venezuela” que ese año registra su mínimo histórico de desempleo ubicándose en el 4%.

En esos 12 meses nuestro país recibía las visitas oficiales de Henry Kissinger (Secretario de Estado de los EE.UU), Josip Broz Tito (Presidente de Yugoslavia) y los Reyes de España a un año escaso de la muerte de Franco. Air France inaugura el servicio de sus modernos aviones supersónicos Concorde para cubrir la ruta directa París/Charles de Gaulle-Caracas/Maiquetía con frecuencia de un vuelo semanal, sueño que duró 6 años.

En lo político, la nación se conmociona con el secuestro por parte del Grupo de Comandos Revolucionarios del empresario estadounidense William Niehous, Vicepresidente de Owens-Illinois, quien será rescatado luego de tres años. Durante las investigaciones sobre el secuestro de Niehous, agentes de la DISIP arrestan a Jorge Rodríguez, quien muere en reclusión cinco días después de ser arrestado. También con relación al caso Niehous se levanta la inmunidad parlamentaria a los diputados Fortunato Herrera y Salom Mesa Espinoza.
Otra conmociones de diferente índole las constituyen, por un lado, la voladura en el aire de un avión DC8 de la línea aérea Cubana de Aviación con 73 personas a bordo, acto terrorista que tuvo como responsables a los cubanos Luis Posada Carriles y Orlando Bosch y los venezolanos Freddy Lugo y Hernán Ricardo; y, por el otro, la tragedia que supuso el estrellamiento cerca de la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Lajes (Isla Terceira, Azores) del Hércules C-130 de la Fuerza Aérea que transportaba a todos los miembros del Orfeón Universitario de la UCV, incluido su director Vinicio Adames.

1. Un libro, una obra de teatro y dos películas que aparecieron o se estrenaron en 1976

En aquel agitado año para nuestro país, en el plano cultural se registra la aparición de los libro Del buen salvaje al buen revolucionario, de Carlos Rangel y Algunas palabras, de Eugenio Montejo. También se estrenan importantes películas entre las que se pueden mencionar Sagrado y obsceno, de Román Chalbaud; Fiebre, de Alfredo Anzola, Juan Santana y Fernando Toro; A propósito de Simón Bolívar, de Diego Rísquez; Compañero Augusto, de Enver Cordido; Canción mansa para un pueblo bravo, de Giancarlo Carrer; y Soy un delincuente, de Clemente de la Cerda. José Ignacio Cabrujas, por otra parte, monta por primera vez Acto cultural su fundamental obra de teatro y la Galería de Arte Nacional, creada en 1974, abre sus puertas al público en el edificio que antiguamente ocupaba el Museo de Bellas Artes en Los Caobos donde permanecería hasta la construcción su verdadera sede.

Era la época en que las Bienales Nacionales de Arquitectura se realizaban con regularidad y, luego de celebrada tres años antes la Quinta, entre los días 26 de noviembre y 10 de diciembre de 1976 abre sus puertas la Sexta en la ampliación del Museo de Bellas Artes, proyectada por Carlos Raúl Villanueva y Oscar Carmona con cálculo estructural de Waclaw Zalewski y José Adolfo Peña, inaugurada en 1973. También eran tiempos en que se podía cursar invitación y contar con la asistencia de diversas y connotadas figuras internacionales. Para la ocasión, se tuvo la participación en un ciclo de Conferencias-Debates de los arquitectos Oriol Bohigas (España), Fernando Belaúnde Terry (Perú) y Kenzo Tange (Japón), lo cual garantizaba un atractivo adicional a la muestra en sí de los 64 trabajos participantes, 27 de los cuales optaban al Premio Nacional de Arquitectura.

2. De izquierda a derecha: Oriol Bohigas, Fernando Belaúnde Terry y Kenzo Tange, invitados internacionales a la VI Bienal Nacional de Arquitectura

Realizada en homenaje a la memoria de Carlos Raúl Villanueva, fallecido el año anterior (1975), la VI Bienal contó como complemento con una muestra sobre su obra y trayectoria en la que, tal y como se recogía en la prensa (El Universal, jueves 26 de noviembre de 1976), “… el público tendrá la oportunidad de admirar, no sólo los aspectos arquitectónicos de su labor, sino también numerosos escritos, apuntes y guías que utilizó en su labor docente, y también su colección de arte, además de un audiovisual con duración de 20 minutos que recoge momentos de su carrera”.

El evento, organizado por el Colegio de Arquitectos de Venezuela (CAV) y coordinado por el arquitecto José Ramos Fellipa, fue auspiciado en esta oportunidad por del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC).
William Niño Araque en el texto titulado “La ciudad recobrada” aparecido en el Catálogo de la VIII Bienal Nacional de Arquitectura. La arquitectura del lugar (1987), se refiere a la arquitectura que se mostraba en la Bienal que hoy nos ocupa como parte de una posible, desordenada e inconexa “Escuela de Caracas”. La lectura que hace Niño a la distancia apela al uso del término “neovanguardias” (acuñado por Helio Piñón en 1984) que consistía en la reutilización del lenguaje y modos propios de las vanguardias de comienzos del siglo XX para asumir una actitud renovadora. “El ‘nuevo mundo’ arquitectónico -dirá Niño- abandona así en nuestro medio, la ilusión conformadora del Bauhausianismo, centrada en la integración de las artes al servicio de la comunidad y en la idea de la prestación de servicios al proceso de desarrollo económico, para buscar espacio en posiciones más críticas y distantes”.

Inmersa en “el aplastante desarrollo económico venezolano de los años setenta” y asociada a una “arquitectura de la opulencia” la “Escuela de Caracas” se caracterizará por: asumir “soluciones concretas a los problemas concretos, por la ausencia de teorización explícita y por cierto desinterés en la difusión pública de sus aportaciones”; tener en la realización de una serie de concursos de arquitectura, cuyas propuestas ganadoras no se caracterizaron por ser innovadoras, una válvula de escape para ofrecer “operaciones subversivas” y “soluciones alternativas, no como el resultado de un proyecto explícito o de una teoría general, sino como una operación cerrada sobre sí misma”; no haber sido superadas las nuevas exigencias de la arquitectura en el medio intelectual venezolano. Y concluye: “no debe extrañarnos que las proposiciones arquitectónicas más interesantes sean el producto de una insistencia absolutamente individual y no de un consenso o clima intelectual generalizado…”.

3. VI Bienal Nacional de Arquitectura. Izquierda: Premio Nacional. Torre Europa, Av. Francisco de Miranda. Carlos Gómez de Llarena y Manuel Fuentes con el acompañamiento de Moisés Benacerraf. Derecha: Premio Metropolitano. Banco Metropolitano, Sabana Grande. José Miguel Galia
4. VI Bienal Nacional de Arquitectura. Premio Vivienda Unifamiliar. Quinta Gamero, Cumbres de Curumo. Jorge Castillo y Ralph Erminy con participación de Carlos Cruz-Diez
5. VI Bienal Nacional de Arquitectura. Premio Mejor Tesis (Trabajo final de grado más destacado), “Sistema constructivo para estaciones ferroviarias”. María Teresa Novoa, Ana Isabel Loreto, Martín Padrón y Andrés Simón Herrera 

Bajo esta mirada es que se podría observar el grupo de obras galardonadas en la VI Bienal donde el Premio Nacional fue otorgado a la Torre Europa, de los arquitectos Carlos Gómez de Llarena y Manuel Fuentes con el acompañamiento de Moisés Benacerraf; el recién creado Premio Metropolitano (fusión de los Premios Municipales que en ocasiones anteriores otorgaban el Distrito Federal y el Distrito Sucre) recayó sobre el edificio para el Banco Metropolitano en Sabana Grande, de José Miguel Galia; el Premio Vivienda Unifamiliar se lo llevó la quinta Gamero en Cumbres de Curumo, de Jorge Castillo y Ralph Erminy con participación de Carlos Cruz-Diez; el Premio de Arquitectura para Proyecto no construido fue para el Parque del Oeste, de Jorge Romero y Daniel Baquero; el Premio Mejor Tesis (Trabajo final de grado más destacado) se le dio a María Teresa Novoa, Ana Isabel Loreto, Martín Padrón y Andrés Simón Herrera  con “Sistema constructivo para estaciones ferroviarias”; el Premio Colegio de Arquitectos de Venezuela (labor gremial, actividad docente y obra destacada) reconoció al arquitecto Heriberto González Méndez; el Premio Nacional de Urbanismo distinguió a los arquitectos Pedro Lluberes, Omer Lares y Mireya Urdaneta; y el Premio Interés Social quedó desierto.

La Torre Europa, elegante edificio proyectado en 1971 para un grupo corporativo suizo y terminado de construir en 1975, ubicado sobre la avenida Francisco de Miranda en el cruce con la avenida Los Cortijos de Campo Alegre sobre un terreno de 4.000 m2, tiene 4 niveles de sótanos para 400 automóviles, planta baja comercial, mezzanina compartida entre dos locales con pequeñas oficinas en la parte superior, una torre de 12 pisos para oficinas de 1.300 m2 por planta y un remate de dos niveles para oficinas especiales. Además, el partido asumido permitió liberar un gran espacio público de acceso a la entrada localizada en la esquina y lograr un aporte significativo al orden urbano de la zona tras una acertada lectura de las variables del lugar.

6. Torre Europa. Izquierda: Planta de techos. Derecha: Planta tipo pisos 1 al 12
7. Torre Europa. Izquierda: Vista de la fachada sur desde la avenida Francisco de Miranda. Derecha: Corte transversal

La edificación ha sido reseñada en dos ocasiones con gran acierto. La primera por Hannia Gómez en el catálogo de la Bienal de 1987 ya señalado y la segunda por Iván González Viso en Caracas de Valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015). En ambos casos se resaltan entre los logros alcanzados por esta torre, que de torre no tiene nada, los avances que representó como solución tecnológica por lo cual para Gómez no fue extraño que apareciese por primera vez totalmente publicada en la páginas de la revista Arquitectura e Ingeniería. Entre las innovaciones técnicas que mostró la Torre Europa se encontraban, según Gómez, “la modulación coordinada de todos los elementos internos para flexibilizar las plantas, el criterio de macroestructura del edificio con losas cada dos pisos y membranas en los pisos intermedios, la liberación de las plantas de la escalera de incendio antes de la aparición de la normativa que así lo obliga hoy en día, el uso inaugural de un nuevo diseño de las ventanas Unifedo como courtain-wall, las juntas aislantes horizontales entre los pisos y el mismo diseño de la fachada autoportante y aislante…”.

En 1998 el edificio sufrió un voraz incendio (sin pérdidas humanas que lamentar) a raíz de un corto circuito en los cajetines de electricidad, ubicados entre los pisos 1 y 3, repitiéndose otro dos días después en el piso 5, lo cual dejó inutilizados 6 de las 12 plantas del inmueble y en particular las oficinas del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA). Sin embargo, una reconstrucción, rehabilitación y actualización de sus instalaciones bien llevadas a cabo lograron que se reinaugurara tres años después.

El Premio Nacional de 1976 a la Torre Europa y a sus arquitectos, si bien logró exaltar sus aportes técnicos, ante todo permitió reivindicar el valor que todo edificio debe añadir al sector de la ciudad donde se inserta y el de convertirse en claro ejemplo de arquitectura urbana.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 2, 6 y 7. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

3, 4 y 5. Colección Crono Arquitectura Venezuela

¿SABÍA USTED…

… que en 1965 la II Bienal Nacional de Arquitectura le otorga el Premio Nacional de Arquitectura a Julián Ferris por el edificio para la Aduana de Puerto Cabello?

1. Julián Ferris. Aduana de Puerto Cabello (1962)

Julián Ferris Betancourt (1921-2009) forma parte de la segunda generación de arquitectos venezolanos que, formados en el exterior a mediados del siglo XX, sentaron las bases para el desarrollo definitivo de la disciplina tanto desde el punto de vista profesional como académico. También es de aquellos cuya obra temprana manifiesta un arrojo y una frescura que, por la proximidad a los años de estudio, sigue un proceso de aclimatación del lenguaje moderno en el trópico lo cual poco a poco con el tiempo se va diluyendo en la medida en que las referencias van cambiando y se intenta encontrar formas expresivas más personales.
Graduado de ingeniero en la Universidad de Oklahoma en 1945 y luego de arquitecto en la Universidad de Siracuse en 1947, Ferris revalida su título en 1949 cuando la joven Escuela de Arquitectura de la UCV estaba aún adscrita a la Facultad de Ingeniería.

2. Arriba. Derecha: Club Laguna Beach (1952). Izquierda: Urbanización Chuao (1951), Julian Ferris con Juan Andrés Vegas y colaboración de Carlos Dupuy, Gustavo Ferrero Tamayo y Jaime Hoyos. Abajo. Izquierda: Hotel Aguas Calientes, Ureña, estado Táchira (1956), Julián Ferris con Juan Andrés Vegas y Gustavo Ferrero Tamayo. Derecha: Propuesta ganadora del Concurso para el edificio sede de la Biblioteca Nacional (1959), Julián Ferris con Carlos Dupuy y colaboración de Jaime Hoyos

Desde entonces inicia una carrera profesional exitosa que comienza con su participación en la Comisión Nacional de Urbanismo entre 1949 y 1951, año este último en el decide abrir su oficina particular de la que saldrán una larga lista de trabajos en su gran mayoría logrados en sociedad con otros colegas. Los primeros encargos dan cuenta de su participación como diseñador, en compañía de Juan Andrés Vegas contando como colaboradores con Carlos Dupuy, Gustavo Ferrero Tamayo y Jaime Hoyos, del trazado de las urbanizaciones caraqueñas de Chuao (1951) y La Floresta (1952). También proyectará en 1952 con el mismo equipo profesional el Club Laguna Beach en la urbanización Caribe de Caraballeda (Litoral Central), edificio de influencias claramente corbusianas, pionero en lo que al surgimiento de la propiedad horizontal en el país se refiere y referente dentro de la arquitectura de carácter recreacional. A él se sumará casi de inmediato otro de características similares ubicado en la misma zona: Bahía del Mar. Luego vendrán la primera etapa de la Comunidad Vecinal La Concordia, San Cristóbal, estado Táchira (1955, con Juan Andrés Vegas y Carlos Dupuy), la urbanización Los Canales en Río Chico, estado Miranda (1955), el Club Playa Azul, Litoral Central (1956, con Félix Candela), el hotel Aguas Calientes, Ureña, estado Táchira (1956, con Juan Andrés Vegas y Gustavo Ferrero Tamayo), la propuesta ganadora del Concurso para el edificio sede de la Biblioteca Nacional (1959, con Carlos Dupuy y colaboración de Jaime Hoyos) y su participación como diseñador de la Concha Acústica del Parque del Este (1961).

Dentro de otra faceta no menos importante, Ferris se incorpora al cuerpo docente de la recién creada Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV y en 1958, una vez que cae la dictadura perezjimenista, es nombrado decano interino (el primero de la era democrática) para luego convertirse también en el primero en ser electo para ejercer el cargo entre junio de 1959 y junio de 1962. Con particular lucidez, como decano introdujo aires renovadores acordes con la recién estrenada democracia y como señala Gregorio Darwich en “A Julián Ferris, Doctor Honoris Causa de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela”, texto aparecido en Cuadernos del Cendes, nº 67 (2008), “promovió la reforma docente con la conformación de un nuevo plan de estudios que reafirmaba la misión de formar arquitectos con sólidos conocimientos. Expandió el cuerpo profesoral, incorporó a artistas plásticos e invitó a profesores de la arquitectura internacional y profesionales locales para vincular la Facultad con las diversas corrientes técnicas, artísticas y sociales de la modernidad”. Durante su gestión se crea la revista Punto (1961) y a él corresponde llevar adelante la iniciativa que derivó en la creación en 1960 del Centro de Estudios para el Desarrollo (CENDES), para lo cual presidió la Junta Organizadora contando con el apoyo irrestricto del rector Francisco de Venanzi y el acompañamiento de Luis Lander y Eduardo Neira, el primero Director y el segundo asesor de planificación del Banco Obrero respectivamente.

3. Julián Ferris. Aduana de Puerto Cabello (1962). Arriba izquierda: Ubicación. Las demás: Vistas exteriores en fechas próximas a su inauguración

Del período en que ejerce como decano corresponde el proyecto y construcción del que será tal vez el edificio más importante realizado por Ferris: el Conjunto de Aduana y Servicios Portuarios de Puerto Cabello, estado Carabobo, concluido a comienzos de 1962 e inmediatamente publicado en PUNTO (nº 7 de mayo de aquel año), formando parte del la primera entrega de la sección “Habla un arquitecto” donde, además de mostrarse su ya para entonces nutrido curriculum y obra, se le ofrece la oportunidad de exponer su visión sobre la arquitectura. Luego, en 1964, el edificio de la Aduana de Puerto Cabello también sería publicado por la revista SVA (nº 18, agosto-septiembre).

Este conjunto de apoyo a las actividades del segundo puerto en importancia del país, está integrado por un cuerpo bajo que responde a las variables programáticas exigidas, resuelto con eficiencia  y racionalidad funcional. Dicho cuerpo en su ala norte está destinado a las oficinas administrativas de los Servicios Portuarios, vestuario para 1.500 obreros, comedor, cocina y áreas de descanso. En su ala sur, que funciona independientemente, tiene en la planta baja y el primer piso oficinas públicas de la Aduana, movimiento de pasajeros, bultos postales, aeroexpresos, sala de remate, telégrafos, correo, depósito de contrabando incautado, depósito de vehículos decomisados y una sucursal bancaria. Sobre este basamento se levantan 9 pisos destinados a las oficinas de la Administración General de Aduanas.

La estructura del edificio, de una limpieza y claridad dignas de mención, fue diseñada y construida en concreto obra limpia, las paredes frisadas y salpicadas. La cubierta del cuerpo bajo fue construida con conchas de concreto de poco espesor con forma cónica ofreciéndose también, exenta, como pérgola que protege la plaza de acceso. Sus fachadas tomando en cuenta la orientación, se resuelven con el juego de planos blancos y una piel de romanilla que preserva la limpieza volumétrica del prisma de la torre.

La Aduana de Puerto Cabello se puso en funcionamiento durante un año (1962) particularmente difícil en lo político que tuvo a esa ciudad como escenario durante el mes de junio del segundo intento de golpe de estado contra el gobierno de Rómulo Betancourt conocido como “El Porteñazo” que dejó un saldo de alrededor de 400 muertos y 700 heridos. Pese a tamaños inconvenientes, el plano de las realizaciones registra para 1962 la inauguración del Puente Rafael Urdaneta sobre el Lago de Maracaibo, del Hospital General de Barcelona, del Parque Arístides Rojas en Caracas y del Puente Internacional Simón Bolívar que conecta a San Antonio del Táchira con Cúcuta. También se inician los trabajos de construcción del Puente de Angostura sobre el río Orinoco y de la Ciudad Universitaria del Zulia. Aquel año, además, se lleva a cabo el exitoso concurso para el proyecto del Pabellón venezolano que nos representaría en la Feria Mundial de New York 64-65 ganado por Edmundo Díquez y Oscar González. Fruto Vivas concluye el edificio Amazonas en Chuao y Federico Beckhoff el edificio Albona y las residencias Dálmata.

En 1965, con motivo de la celebración de la II Bienal Nacional de Arquitectura patrocinada por la SVA (Sociedad Venezolana de Arquitectos) y el INCIBA (Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes), la Aduana de Puerto Cabello y con ella su proyectista obtienen el Premio Nacional de Arquitectura (10.000 bolívares y Medalla de Oro) de manos del jurado conformado por Carlos Raúl Villanueva, Víctor Fossi, Leopoldo Martínez Olavarría, Guido Bermúdez y Carlos Celis Cepero. En este evento se otorga Mención Especial a la Planta de Ensamblaje de la Volkswagen en Palma Sola, estado Falcón, de Dirk Bornhorst; el Premio Especial Fundación Mendoza (4.000 bolívares y Medalla de Oro) a Henrique Hernández y Carlos Merchán por el trabajo “Sistema Constructivo para viviendas de una y dos plantas, Los Teques”; y el Premio SVA para Tomás José Sanabria.

4. Sede del Ministerio de la Defensa, Fuerte Tiuna, Caracas (1982), Julián Ferris con Jaime Hoyos, Carlos Pons y Luis A. Galarraga

Arquitecto más de hechos que de palabras y fundamentalmente proyectista de edificios institucionales, públicos o de uso recreacional (hasta ahora no hemos podido encontrar en su importante obra construida referencias a alguna vivienda unifamiliar que hubiese diseñado), Ferris posteriormente a 1965 realiza, entre otros, el edificio sede del IESA, San Bernardino, Caracas (1968, con Luis A. Galarraga), el edificio sede de Viasa, Plaza Morelos, Caracas (1969, con Jaime Hoyos y Carlos Pons), la remodelación del hotel Cumanagoto, Cumaná, estado Sucre (1972, con Jaime Hoyos), el Centro Clínico de Maternidad Leopoldo Aguerrevere, Caracas (1972), la remodelación y ampliación del hotel Bella Vista, Isla e Margarita (1974, con Jaime Hoyos), el edificio sede de IBM, Chuao, Caracas (1974, con Luis A. Galarraga), el edificio Sede del Ministerio de la Defensa, Fuerte Tiuna, Caracas (1982, con Jaime Hoyos, Carlos Pons y Luis A. Galarraga), el edificio sede de la Corte Suprema de Justicia -hoy Tribunal Supremo de Justicia-, Caracas (1982, con Luis A. Galarraga) y la Catedral de Ciudad Guayana, Puerto Ordaz, estado Bolívar (1988-2001).

En 1965 Ferris es uno de los cinco firmantes del Acta Constitutiva Original de la Universidad Metropolitana y en 2003 se le otorga el Doctorado Honoris Causa de la UCV lo cual, sumado a su dilatada trayectoria profesional e institucional, nos permite afirmar que, visto de manera integral, se trata de uno de los más importantes arquitectos venezolanos del siglo XX.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 2 y 4. Colección Crono Arquitectura Venezuela

3 arriba izquierda. Google Earth

3. Revista PUNTO, nº 7,1962

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Pasajes residenciales / Taller de (S), ganador del 24º Premio Nacional de Arquitectura y Urbanismo en Colombia

Por Santiago Baraya

18 septiembre, 2019

Tomado de Plataforma arquitectura

El pasado 13 de septiembre fue galardonado con el vigésimo cuarto Premio Nacional de Arquitectura y Urbanismo el proyecto Pasajes residenciales del Taller de (S), culminándose con la premiación el 36° Congreso Colombiano de Arquitectura y Urbanismo en Barranquilla.
El Premio Nacional de Arquitectura y Urbanismo otorgado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA) ha reconocido a las obras que exponen con excelencia los mejores aportes a la arquitectura colombiana desde 1962. Este año no ha sido excepción: Taller de (S) proyectó en esta obra de vivienda económica la recuperación de un sector a través de una tipología típica del lugar, que se ha ido perdiendo debido a la alta densidad, el pasaje.

A continuación un texto introductorio de la profesora y arquitecta Olga Lucia Ceballos para la categoría dentro de la cual encaja el proyecto: Hábitat y vivienda colectiva.

«Según lo dispuesto en la política de vivienda de Colombia que rige desde 1991, cuando el Estado pasó de promotor de vivienda a regulador del mercado mediante la aplicación del sistema de subsidio a la demanda, existen dos tipos de vivienda social: la Vivienda de Interés Social (VIS) cuyo precio en el mercado no debe superar los 135 salarios mínimos mensuales legales vigentes (SMMLV) y la Vivienda de Interés Prioritario (VIP) que no debe superar los 70 SMMLV. Lo preocupante de los tipos de vivienda que se plantean desde la política pública y su definición, es la reducción del concepto de ‘vivienda’ a su precio en el mercado sin considerar su significado en términos sociales, culturales, humanos… . En este sentido, es de gran importancia que la SCA en la convocatoria de la categoría HÁBITAT SOCIAL se refiera a los proyectos de vivienda que desarrollen alguno de estos dos tipos de vivienda con buena calidad arquitectónica y urbana, y que además contribuyan a conformar tejido social.”

Mi reconocimiento a la postura asumida por la SCA frente el hábitat social parte de mi experiencia, pues he dedicado buena parte de mi vida a investigar las consecuencias que ha tenido la política de vivienda que rige en el país, implementada mediante un modelo que se soporta en la ecuación subsidio, ahorro y crédito hipotecario, modelo al cual no pueden acceder los hogares más pobres. Los resultados de mis investigaciones me han permitido concluir que en la mayoría de los casos se ha producido vivienda de mala calidad, donde se ha sacrificado la habitabilidad en pro de salvar las ganancias para los promotores de vivienda y a la vez cumplir con el precio tope en el mercado. No importa entonces la calidad de vida de las personas, ni los efectos negativos que para su salud física y mental implica vivir en condiciones de habitabilidad deficientes. Lo anterior, por cuanto es una política que prioriza garantizar el buen funcionamiento económico del sector de la construcción, que le permita sobrellevar los ciclos negativos de la economía, sobre el garantizar el derecho de todos los colombianos  a una vivienda digna como lo estipula el artículo 51 de la Constitución Política de 1991.”

En este contexto, reitero la importancia que la SCA destaque la obra de aquellos arquitectos que pese a las limitaciones que impone la política de vivienda social buscan rescatar una buena arquitectura y un buen urbanismo que dignifiquen la vida. Los proyectos seleccionados en esta oportunidad son por ello un ejemplo de excelencia espacial y humana, así como una invitación a mantener una postura ética en el ejercicio de la disciplina al servicio de la sociedad.»

Los criterios para la evaluación general de las categorías y trabajos fueron los siguientes:

– Calidad arquitectónica integral de la obra.

– Innovación y aporte en lo estético, ambiental, tecnológico y social, entre otros.

– Adecuación a su contexto y la regeneración del tejido donde se inserta la obra.

– Reinterpretación de sistemas constructivos tradicionales y exploración de nuevas materialidades.

– Optimización de recursos y economía de medios.

– Generación de conocimiento y su aplicabilidad en las investigaciones. – Procesos colaborativos en la materialización de las obras.

ACA