Archivo de la etiqueta: Jacobo Koifman

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 360

Pocos son los edificios caraqueños que pueden considerarse como verdaderos hitos dentro de su paisaje urbano y entre ellos destaca, sin lugar a dudas, la torre La Previsora.

Proyectado en 1969, terminado de construir en 1972 e inaugurado en 1973, La Previsora es producto de la necesidad de la compañía de seguros que le da nombre de salir de su sede en el centro de Caracas debido a su crecimiento como empresa, del deseo expreso de ser representada mediante un ícono claramente reconocible y del desenlace de un concurso privado que para tales fines fue convocado.

Según hemos rescatado de Internet, Seguros La Previsora fue fundada el 12 de marzo de 1914 con el nombre de La Equitativa con un capital de seis millones de bolívares. Inicia, pues, sus actividades en una época pre-petrolera justo el año que comenzó la Primera Guerra Mundial, fijando su primera sede en la Avenida Este 4, No.11 (de Sociedad a Traposos), en pleno casco central de Caracas. De inmediato comenzó su crecimiento al adquirir la cartera de seguros de la Compañía Venezolana de Seguros (fundada el 19 de junio de 1.893). Poco después se decidió cambiar el nombre a Seguros La Previsora mudándose a una nueva localización (de Conde a Principal). Para 1930 ya había adquirido otra empresa, Seguros Fénix. La ampliación sostenida de su cartera llevó a sus propietarios a plantearse la compra de un terreno para construir una nueva sede cercana al nuevo centro sobre el cual se desarrollaba la ciudad: la zona de Plaza Venezuela.

1. Torre Seguros La Previsora. Cortes generales con detalle de la parte inferior y una de las plantas.

Es a finales de los años 60 cuando se adquiere el lote en esquina de 3.000 m2 ubicado en la Av. Abraham Lincoln (hoy Bulevar de Sabana Grande) cruce con las avenidas Las Acacias, Bolivia y Valparaíso, frente al cual los estudios realizados por la Oficina Municipal de Planeamiento Urbano tenían prevista la construcción de una plaza cívica y el Metro de Caracas una salida de la estación contemplada en Plaza Venezuela. También, el terreno presentaba un nivel freático elevado con el cual tarde o temprano los futuros proyectistas habrían de lidiar. Valga añadir que para proceder a la compra del predio y acometer la futura construcción del edificio los propietarios se encontraron con serias dificultades para adquirir la totalidad de los terrenos circundantes. Sin embargo, tomando las correspondientes previsiones, procedieron a realizar una emisión de bonos por el orden de 34 millones de bolívares, 8 millones de dólares para la época, que ayudaron en gran medida a la cristalización de la obra.

Decididos a hacer de su nueva sede un ícono representativo, la compañía de seguros convoca un concurso privado de arquitectura el cual es ganado por la empresa de arquitectura BPK (Bernardo Borges, Francisco Pimentel y Jacobo Koifman), que para entonces contaba como arquitecto asociado con el talentoso Pablo Lasala quien será el principal responsable del éxito logrado.

Las variables urbanas, características del subsuelo y condiciones propias del lugar llevaron a los proyectistas a hacer una propuesta conformada por dos elementos muy disímiles en lo relacionado a su volumetría y aspecto formal: una torre de oficinas de 30 pisos de altura con locales comerciales en sus plantas inferiores que contemplaban un acceso directo a la estación de metro prevista en el lugar y con dos sótanos de estacionamiento; y un cuerpo que albergaría un aparcamiento vertical para 450 puestos. La potente, limpia y sólida imagen de la torre (de silueta piramidal que da la sensación de emerger del subsuelo tomando en consideración el espacio público que inicialmente se ubicaría al sur), fue lograda mediante una solución de plantas decrecientes a medida que se gana en altura, rematada en su parte superior por un volumen de servicios.

2. Izquierda: Torre La Previsora, Caracas, Borges, Pimentel, Koifman y Lasala, 1972. Derecha: John Hancock Center, Chicago,
S.O.M, 1968.
3. Tres miradas cercanas al edificio.
4. La Previsora vista a la distancia desde su entorno circundante.

La solución fue de la entera satisfacción de los propietarios, irrumpió incorporando una nueva y polémica escala para el lugar y debió contar para su adecuada solución estructural con el aporte del conocido ingeniero calculista Agustín Mazzeo, otro importante protagonista dentro del equipo de diseño, quien preservó la forma original propuesta para la torre resolviendo el encuentro de los dos planos inclinados que conforman las fachadas, vinculándolos horizontalmente por grandes vigas o elementos estructurales, que permiten la formación de atrios interiores cada 5 pisos, todo en concreto obra limpia.

En total, de manos del Consorcio Integral Fertec (formado por los ingenieros Álvaro Fernández Zingg y Emilio Fernández Zingg), se construyeron 25.000 m2. La torre de oficinas, orientada norte-sur, con 117 metros de altura y 30 plantas de diferente superficie cada una, tiene dos cuerpos unidos por una pieza central que contiene la circulación vertical (seis ascensores), escalera y servicios. Los usos que ocupan los tres últimos pisos y rematan el edificio, sirviendo de base para la identificación de la compañía propietaria (sentido norte-sur) y la colocación de dos relojes suizos Patek Philippe (sentido este-oeste), se traducen en un gimnasio y una cafetería. Como dato adicional sobre la instalación de los relojes (que daban no sólo la hora sino también la temperatura), se conoce que los trabajos estuvieron a cargo del equipo de Ignacio Fungairiño y tuvieron una duración de ocho meses.

En la planta baja y mezzanina se encuentran una sala de cine y locales comerciales. El acceso principal ubicado al este cuenta con el mural Cromointerferencia (1973) obra de Carlos Cruz-Diez (1923) ubicado en el hall. El paisajismo estuvo a cargo de Eduardo Robles Piquer, complemento idóneo de una obra técnicamente impecable y que hace del concreto armado un material idóneo para resolver tanto la estructura como la muchos de los elementos arquitectónicos que conforman el conjunto.

5. La silueta del edificio convertida en logo de la empresa aseguradora.

La silueta de La Previsora, que la compañía de seguros asimiló como sinónimo de ascenso al fruto del buen trabajo y a la estabilidad, valores que quería transmitir a sus clientes, visible desde diferentes puntos de la ciudad, se convirtió muy temprano en el logo de la empresa manteniéndose así hasta la actualidad. También por su ubicación estratégica ha servido de referencia en la maniobra de aproximación de los aviones que operaban en el aeropuerto de La Carlota.

Seguros La Previsora luego de la inauguración de su flamante sede mantuvo un crecimiento sostenido que la convirtió entre 1990 y 1997 en la séptima aseguradora más grande de Venezuela, pasando en 2004 al tercer puesto y en 2009 al segundo. En 2004, La Previsora adquiere el 95% del capital accionario del Banco Confederado, por un monto de 20 millones de dólares pero luego de dos años deciden vender el banco a finales de 2006.

El 17 agosto de 2010 el gobierno bolivariano decretó a Seguros La Previsora, “como empresa de utilidad pública para ser un modelo de organización del Estado, con visión socialista y base principal de operaciones, para un nuevo sector de seguros”, situación que perdura hasta el día de hoy.

6. Intervenciones recientes en la Torre La Previsora.

El edificio, entre tanto, ha sido objeto de algunas intervenciones que alteran su condición original siendo la más reciente y grave la adhesión en planta baja sobre su fachada sur, sin ningún tipo de consideración sobre su volumetría ni sobre el espacio público, de cubiertas tensiles que techan un nuevo uso que allí ha comenzado a funcionar, lo cual ha afectado de manera considerable la percepción integral de la obra.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. https://www.facebook.com/Arquitecturavzl/photos/a.1688228341392504/1688228348059170/?type=3

  1. Mariano Goldberg. Guía de edificaciones contemporáneas en Venezuela. Caracas. Parte 1, 1980 y http://guiaccs.com/obras/edificio-la-previsora/

2. http://guiaccs.com/obras/edificio-la-previsora/ y https://en.wikipedia.org/wiki/John_Hancock_Center

3. https://es.foursquare.com/v/torre-la-previsora/4ccde82072106dcb4ce1a599, https://arquitecturayempresa.es/noticia/torre-la-previsora-en-caracas y https://www.metamiami.org/fundacion-la-previsora

4. https://es.foursquare.com/v/torre-la-previsora/4ccde82072106dcb4ce1a599 y https://www.metamiami.org/fundacion-la-previsora

5. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

6. Cortesía del arquitecto Francisco Pimentel Malaussena.

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 173

El Concurso Nacional de Arquitectura destinado a elaborar el anteproyecto de la sede del Banco Nacional de Ahorro y Préstamo (BANAP), fue organizado por dicha entidad, con el auspicio del Colegio de Arquitectos de Venezuela (CAV), para ser realizado en dos etapas: la primera, promovida como un “Concurso de Ideas”, se abrió el año 1975 con una amplia participación; y la segunda, luego de seleccionarse los cinco mejores planteamientos de acuerdo a la evaluación del jurado, consistió en la entrega el mes de marzo de 1976 de los anteproyectos elaborados por los equipos clasificados.

Quizás valga la pena recordar que el Sistema Nacional de Ahorro y Préstamo (SNAP) surge en Venezuela luego de que en 1959 se iniciaran los primeros estudios de manos de un equipo de trabajo estructurado para determinar la posibilidad de implantarlo, por considerarlo como “uno de los medios efectivos para que la comunidad oriente sus ahorros hacia la solución del problema de la falta de viviendas», y porque además constituye «uno de los instrumentos con los que cuenta el Banco Obrero para cumplir con su labor». De allí que dicho equipo propusiera que el sistema inicialmente funcionara dentro de la estructura orgánica del Banco Obrero.

Sólo será en 1961, luego de la visita de la comisión técnica enviada por el Fondo de Préstamo para el Desarrollo (DLF, según sus siglas en inglés), que se cambie por completo la orientación inicial y se apunte hacia la creación de un instituto autónomo de ahorro y préstamo encargado exclusivamente de la dirección y supervisión del sistema. Mientras se daban los pasos concernientes ante el DLF para solicitar un préstamo destinado a la creación de dicho ente autónomo, se establece el Sistema de Ahorro y Préstamo en Venezuela, mediante el decreto Nº 520 del 5 de junio de 1961 y posteriormente el día 24 de noviembre del mismo año se dicta el decreto Nº 655 en el cual, el Ejecutivo Nacional modificó y amplió en forma sustancial las disposiciones contenidas en el decreto del mes de junio.

En el año 1964 se designa una Comisión de Ahorro y Préstamo nueva y para el mes de septiembre de 1966 se promulga la Ley del Sistema Nacional de Ahorro y Préstamo que crea el Banco Nacional de Ahorro y Préstamo organismo sucesor de la Comisión y de la Oficina Central. Esta ley fue modificada en el año 1975, con ocasión de la aprobación de la Ley Orgánica de Medidas Extraordinarias en Materia Económica y Financiera.

De acuerdo al ordenamiento legal señalado, el SNAP “tendrá por objeto crear, fomentar y mantener condiciones favorables a la formación de ahorros que se inviertan en préstamos destinados fundamentalmente a resolver el problema de la vivienda, con la finalidad de hacer propietarios a los beneficiarios de los mismos. Dicho Sistema estará integrado por el Banco Nacional de Ahorro y Préstamo, las Entidades previstas en el Título IV de esta ley y la Superintendencia de Entidades de Ahorro y Préstamo”.

Por su parte el BANAP, uno de los organismos integrantes del SNAP, inició sus actividades el 22 de diciembre de 1966 y se estableció con personalidad jurídica y patrimonio propio e independiente del Fisco Nacional. Se creó como un instituto autónomo dependiente del Ministerio de Hacienda, con un capital inicial de doscientos millones de bolívares. En pocas palabras, se trataba del organismo central del subsistema financiero de ahorro y préstamo; es decir, funcionaba como un Banco Central del Sistema y debía velar por el máximo desarrollo de éste en su conjunto. Con la aprobación del Ejecutivo Nacional, el BANAP dicta sus normas de operación y es garante tanto de los ahorros depositados en las Entidades de Ahorro y Préstamo por los socios, así como de los préstamos hipotecarios.

Todo esta explicación sirve de marco para entender la importancia que el Concurso revestía, ya que se trataba de proyectar la sede en un organismo de gran importancia que para la época se había convertido en eje de la reactivación económica que luego de varios años de estancamiento se estaba produciendo. El Sistema al que se integraba el BANAP había dirigido su atención primordialmente a las familias de ingresos medios y adoptado políticas orientadas a estimular la construcción de viviendas de interés social, mediante un programa llevado a cabo conjuntamente con el Instituto Nacional de Vivienda (ente que sustituyó al Banco Obrero).

1. Perspectiva de la propuesta preliminar (1975) del equipo conformado por Judith Laclé, Edwing Otero García y Andrés Mistaje

De lo recogido en la nota elaborada para la revista Punto nº 56-57, junio 1976, las cinco propuestas presentadas como “ideas” entregadas en la primera fase (1975) que seleccionó el jurado conformado por los arquitectos Víctor Fossi (fungiendo de suplente de Tomás J. Sanabria), Carlos Guinand Baldó, Julio Coll Rojas, Luciano Giordano y el ingeniero Adolfo De Majo, para ser desarrolladas a nivel de anteproyecto, fueron presentadas por sendos equipos interdisciplinarios encabezados por los arquitectos: Oswaldo Molina, Cutberto Reyes y Jacobo Koifmann (Nº 1.002); Judith Laclé, Edwing Otero García y Andrés Mistaje (Nº 1.003); Baudilio González y Philippe Souchar (Nº 1.005); Jorge Soto Nones y Jeanette de Soto (Nº 1.012); y, Alberto Espinal y Román Dávila (Nº 1.019).

2. Propuesta ganadora (1976). Oswaldo Molina, Cutberto Reyes y Jacobo Koifman. Perspectiva y foto de la maqueta

Luego de haber sido recibidos los trabajos llevados a un nivel superior de desarrollo por los cinco grupos escogidos, el mismo jurado (en este caso con Tomás J. Sanabria reintegrado al mismo por Víctor Fossi), se pronunció a favor de otorgar el primer premio al anteproyecto presentado por el equipo de 19 integrantes liderado por Oswaldo Molina, Cutberto Reyes y Jacobo Koifman con la asesoría estructural del ingeniero Agustín Mazzeo y colaboración en la elaboración de la maqueta de Jesús Vásquez, cuya foto ilustra nuestra postal del día de hoy

3. Mención Especial (1976). Baudilio González, Philippe Souchard y Domingo Escobar. Foto de la maqueta

Así mismo, el jurado decidió otorgar Mención Especial al anteproyecto presentado por el equipo que tuvo a Baudilio González, Philippe Souchard y Domingo Escobar al frente de otras 13 personas entre ingenieros y colaboradores.
“El anteproyecto ganador una vez desarrollado en proyecto se construirá sobre una superficie  de 8.500 m2 a un costo estimado en 40 millones de bolívares, implantándose frente al Edificio de la CANTV entre la Avenida Libertador y el Boulevard Santa Rosa”.

4. Propuesta ganadora (1976). Oswaldo Molina, Cutberto Reyes y Jacobo Koifman. Criterios de diseño

De la memoria entregada por los ganadores del concurso, aparecida en el nº 58 de la revista Punto, se puede extraer que el edificio se debía organizar, de acuerdo a las necesidades del BANAP, con base en tres tipos de espacios: “1) Espacios flexibles para oficinas; 2) Espacios generales para actividades específicas  como Auditorium, Sala de Exposiciones, Biblioteca, etc.; 3) Servicios generales, estacionamientos y áreas de mantenimiento”, programa que a su vez debía cumplir con los siguientes requisitos: 350% de área de construcción y 20% de ubicación.

5. Propuesta ganadora (1976). Oswaldo Molina, Cutberto Reyes y Jacobo Koifman. Plantas (baja y tipo), fachadas y cortes

La completa descripción hecha por los proyectistas y sus colaboradores, todo un testimonio de la manera como de enfrentaban los retos proyectuales en la época, permite detectar cómo los “factores determinantes” fueron manejados a tres escalas: “1) El contexto; 2) El lote y 3) La edificación”, cuyo ponderación adecuada da pie a “la solución”. “Las determinantes programáticas, los porcentajes de construcción y ubicación, definen las áreas de oficinas como predominantes en el volumen de la edificación; no obstante la solución intenta jerarquizar los niveles de uso público, proponiéndolos como un sistema de plazas integradas al edificio; cuyo carácter y expresión estarán en relación a la intensidad de los flujos que en ella se producirán”, los cuales se encuentran resumidos en el diagrama correspondiente incorporado en los documentos entregados.

Las dificultades de contar con un lote que se encontraba comprometido en un tercio de su área por el derecho de paso de las vías del Metro y por los retiros mínimos que se debía respetar, llevó a que la respuesta ofrecida, además, se propusiera como “enlace de los flujos peatonales con destino al área cultural de la ciudad procedentes de la estación del Metro y del sector oeste adyacente a él (sector Morelos)”.

6. Propuesta ganadora (1976). Oswaldo Molina, Cutberto Reyes y Jacobo Koifman. Foto de la maqueta

El carácter brutalista del edificio, donde la volumetría cobra un claro protagonismo, hasta el punto de esconder tras una gruesa piel el sistema estructural (con base a módulos cuadrados de 9 x 9 metros), se busca aligerar con la división en tres bandas de los 24 niveles que constituyen la torre, a los que se incorporan limpias transiciones, terrazas que miran al entorno, transparencias y un tratamiento que da cuenta del cuidado que se ha tenido con la orientación que se asume. La llegada al suelo y el remate (donde al igual que en el semisótano se proponen usos comunes) cumplen a cabalidad con los cánones clásicos permitiendo hablar sin mayores dificultades de una base permeable que se suma a los primeros tres niveles y da paso a tratamiento público ajustado a la topografía del terreno; un fuste tripartito trabajado con apego al respiro entre sus componentes; y un capitel sólido que se conecta al suelo a través de los elementos de circulación de los extremos.

El BANAP es sustituido, como tantas cosas a los largo de estos últimos 20 años, por el Banco Nacional de Vivienda y Hábitat (BANAVIH) que asume sus funciones luego de la promulgación el 9 de mayo de 2005 de la “Ley del Régimen Prestacional de Vivienda y Hábitat”, la cual tiene por objeto “regular la obligación del Estado venezolano de garantizar el derecho a la vivienda y hábitat dignos, y asegurar su protección como contingencia de la seguridad social y servicio público de carácter no lucrativo, para el disfrute individual y colectivo de una vida y un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado, que humanice las relaciones familiares, vecinales y comunitarias”. Entre líneas se puede detectar que si bien se trata de un “Instituto Autónomo, adscrito al Ministerio de Vivienda y Hábitat, como el Banco de Desarrollo del sector Vivienda, con personalidad jurídica, patrimonio propio distinto al del Fisco Nacional, con autonomía administrativa y funcional”, el claro componente ideológico en el que se basa y el tiempo han demostrado que ni funciona con autonomía ni los destinatarios de sus políticas pueden disponer con libertad de sus beneficios. A todas estas, el edificio proyectado como sede del BANAP en 1976, lamentablemente, no llegó nunca a construirse.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. Colección Crono Arquitectura Venezuela

2, 3, 4, 5 y 6. Revista Punto, nº 58, junio 1977

1972• Conjunto Residencial Parsanmón

Conjunto Residencial Parsanmon.jpg

1972•  Se concluye la construcción de los 45.000 m2 del Conjunto Residencial Parsanmón, ubicado en la Urbanización Santa Mónica, Caracas, proyectado por los arquitectos Bernardo Borges, Francisco Pimentel y Jacobo Koifman.
El conjunto está compuesto por 16 edificios que totalizan 900 apartamentos entre ellos.

HVH

1980• Edificio CREMERCA

Edificio CREMERCA.jpg

1980•  Se concluye para la Sociedad Financiera Cremerca su sede, el Edificio CREMERCA, ubicado en la Avenida Venezuela, urbanización El Rosal, Caracas, proyectado por la firma Borges, Pimentel y Koifman (integrada por Bernardo Borges, Francisco Pimentel y Jacobo Koifman).
El edificio construido sobre un terreno de 3.800 m2, es el resultante de la integración de 4 parcelas que producen su frente de 80 metros sobre la Av. Venezuela.
El volumen edificado se descompone en dos sótanos de estacionamiento (para un total de 300 vehículos) al cual se les accede desde el basamento del edificio, una planta baja de un solo nivel, dispuesto a modo de distribuidor.
Sobre esta planta los arquitectos colocaron dos plantas comerciales con acceso a espacios públicos exteriores de desahogo tratados paisajísticamente.

Una mezzanina separa el cuerpo del edificio, compuesto de 6 plantas tipo y un pent-house de doble altura, el cual remata el volumen.
Las plantas tienen la circulación vertical principal (ascensores, escalera y servicios) en su fachada Este, y en la Oeste, la circulación de emergencia y otros servicios, dejando la planta libre para diferentes organizaciones.
Como consecuencia de la crisis bancaria de 1994 la Sociedad Financiera Cremerca fue intervenida, pasando el edificio a manos del Banco Bicentenario.

HVH