Archivo de la etiqueta: Francisco Pimentel

INVITACIÓN

DIÁLOGOS en COLLECTANIA cierra el año con la ponencia del maestro arquitecto Francisco Pimentel, pilar de la profesión, ilustre profesor.

Él nos hablará sobre la misión y el compromiso del arquitecto en nuestra sociedad.

Esta nueva edición tendrá lugar el día jueves 14 de diciembre, a las 3 de la tarde vía Zoom.

Zoom ID: 857 7746 1765

Código de acceso: 398040

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 360

Pocos son los edificios caraqueños que pueden considerarse como verdaderos hitos dentro de su paisaje urbano y entre ellos destaca, sin lugar a dudas, la torre La Previsora.

Proyectado en 1969, terminado de construir en 1972 e inaugurado en 1973, La Previsora es producto de la necesidad de la compañía de seguros que le da nombre de salir de su sede en el centro de Caracas debido a su crecimiento como empresa, del deseo expreso de ser representada mediante un ícono claramente reconocible y del desenlace de un concurso privado que para tales fines fue convocado.

Según hemos rescatado de Internet, Seguros La Previsora fue fundada el 12 de marzo de 1914 con el nombre de La Equitativa con un capital de seis millones de bolívares. Inicia, pues, sus actividades en una época pre-petrolera justo el año que comenzó la Primera Guerra Mundial, fijando su primera sede en la Avenida Este 4, No.11 (de Sociedad a Traposos), en pleno casco central de Caracas. De inmediato comenzó su crecimiento al adquirir la cartera de seguros de la Compañía Venezolana de Seguros (fundada el 19 de junio de 1.893). Poco después se decidió cambiar el nombre a Seguros La Previsora mudándose a una nueva localización (de Conde a Principal). Para 1930 ya había adquirido otra empresa, Seguros Fénix. La ampliación sostenida de su cartera llevó a sus propietarios a plantearse la compra de un terreno para construir una nueva sede cercana al nuevo centro sobre el cual se desarrollaba la ciudad: la zona de Plaza Venezuela.

1. Torre Seguros La Previsora. Cortes generales con detalle de la parte inferior y una de las plantas.

Es a finales de los años 60 cuando se adquiere el lote en esquina de 3.000 m2 ubicado en la Av. Abraham Lincoln (hoy Bulevar de Sabana Grande) cruce con las avenidas Las Acacias, Bolivia y Valparaíso, frente al cual los estudios realizados por la Oficina Municipal de Planeamiento Urbano tenían prevista la construcción de una plaza cívica y el Metro de Caracas una salida de la estación contemplada en Plaza Venezuela. También, el terreno presentaba un nivel freático elevado con el cual tarde o temprano los futuros proyectistas habrían de lidiar. Valga añadir que para proceder a la compra del predio y acometer la futura construcción del edificio los propietarios se encontraron con serias dificultades para adquirir la totalidad de los terrenos circundantes. Sin embargo, tomando las correspondientes previsiones, procedieron a realizar una emisión de bonos por el orden de 34 millones de bolívares, 8 millones de dólares para la época, que ayudaron en gran medida a la cristalización de la obra.

Decididos a hacer de su nueva sede un ícono representativo, la compañía de seguros convoca un concurso privado de arquitectura el cual es ganado por la empresa de arquitectura BPK (Bernardo Borges, Francisco Pimentel y Jacobo Koifman), que para entonces contaba como arquitecto asociado con el talentoso Pablo Lasala quien será el principal responsable del éxito logrado.

Las variables urbanas, características del subsuelo y condiciones propias del lugar llevaron a los proyectistas a hacer una propuesta conformada por dos elementos muy disímiles en lo relacionado a su volumetría y aspecto formal: una torre de oficinas de 30 pisos de altura con locales comerciales en sus plantas inferiores que contemplaban un acceso directo a la estación de metro prevista en el lugar y con dos sótanos de estacionamiento; y un cuerpo que albergaría un aparcamiento vertical para 450 puestos. La potente, limpia y sólida imagen de la torre (de silueta piramidal que da la sensación de emerger del subsuelo tomando en consideración el espacio público que inicialmente se ubicaría al sur), fue lograda mediante una solución de plantas decrecientes a medida que se gana en altura, rematada en su parte superior por un volumen de servicios.

2. Izquierda: Torre La Previsora, Caracas, Borges, Pimentel, Koifman y Lasala, 1972. Derecha: John Hancock Center, Chicago,
S.O.M, 1968.
3. Tres miradas cercanas al edificio.
4. La Previsora vista a la distancia desde su entorno circundante.

La solución fue de la entera satisfacción de los propietarios, irrumpió incorporando una nueva y polémica escala para el lugar y debió contar para su adecuada solución estructural con el aporte del conocido ingeniero calculista Agustín Mazzeo, otro importante protagonista dentro del equipo de diseño, quien preservó la forma original propuesta para la torre resolviendo el encuentro de los dos planos inclinados que conforman las fachadas, vinculándolos horizontalmente por grandes vigas o elementos estructurales, que permiten la formación de atrios interiores cada 5 pisos, todo en concreto obra limpia.

En total, de manos del Consorcio Integral Fertec (formado por los ingenieros Álvaro Fernández Zingg y Emilio Fernández Zingg), se construyeron 25.000 m2. La torre de oficinas, orientada norte-sur, con 117 metros de altura y 30 plantas de diferente superficie cada una, tiene dos cuerpos unidos por una pieza central que contiene la circulación vertical (seis ascensores), escalera y servicios. Los usos que ocupan los tres últimos pisos y rematan el edificio, sirviendo de base para la identificación de la compañía propietaria (sentido norte-sur) y la colocación de dos relojes suizos Patek Philippe (sentido este-oeste), se traducen en un gimnasio y una cafetería. Como dato adicional sobre la instalación de los relojes (que daban no sólo la hora sino también la temperatura), se conoce que los trabajos estuvieron a cargo del equipo de Ignacio Fungairiño y tuvieron una duración de ocho meses.

En la planta baja y mezzanina se encuentran una sala de cine y locales comerciales. El acceso principal ubicado al este cuenta con el mural Cromointerferencia (1973) obra de Carlos Cruz-Diez (1923) ubicado en el hall. El paisajismo estuvo a cargo de Eduardo Robles Piquer, complemento idóneo de una obra técnicamente impecable y que hace del concreto armado un material idóneo para resolver tanto la estructura como la muchos de los elementos arquitectónicos que conforman el conjunto.

5. La silueta del edificio convertida en logo de la empresa aseguradora.

La silueta de La Previsora, que la compañía de seguros asimiló como sinónimo de ascenso al fruto del buen trabajo y a la estabilidad, valores que quería transmitir a sus clientes, visible desde diferentes puntos de la ciudad, se convirtió muy temprano en el logo de la empresa manteniéndose así hasta la actualidad. También por su ubicación estratégica ha servido de referencia en la maniobra de aproximación de los aviones que operaban en el aeropuerto de La Carlota.

Seguros La Previsora luego de la inauguración de su flamante sede mantuvo un crecimiento sostenido que la convirtió entre 1990 y 1997 en la séptima aseguradora más grande de Venezuela, pasando en 2004 al tercer puesto y en 2009 al segundo. En 2004, La Previsora adquiere el 95% del capital accionario del Banco Confederado, por un monto de 20 millones de dólares pero luego de dos años deciden vender el banco a finales de 2006.

El 17 agosto de 2010 el gobierno bolivariano decretó a Seguros La Previsora, “como empresa de utilidad pública para ser un modelo de organización del Estado, con visión socialista y base principal de operaciones, para un nuevo sector de seguros”, situación que perdura hasta el día de hoy.

6. Intervenciones recientes en la Torre La Previsora.

El edificio, entre tanto, ha sido objeto de algunas intervenciones que alteran su condición original siendo la más reciente y grave la adhesión en planta baja sobre su fachada sur, sin ningún tipo de consideración sobre su volumetría ni sobre el espacio público, de cubiertas tensiles que techan un nuevo uso que allí ha comenzado a funcionar, lo cual ha afectado de manera considerable la percepción integral de la obra.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. https://www.facebook.com/Arquitecturavzl/photos/a.1688228341392504/1688228348059170/?type=3

  1. Mariano Goldberg. Guía de edificaciones contemporáneas en Venezuela. Caracas. Parte 1, 1980 y http://guiaccs.com/obras/edificio-la-previsora/

2. http://guiaccs.com/obras/edificio-la-previsora/ y https://en.wikipedia.org/wiki/John_Hancock_Center

3. https://es.foursquare.com/v/torre-la-previsora/4ccde82072106dcb4ce1a599, https://arquitecturayempresa.es/noticia/torre-la-previsora-en-caracas y https://www.metamiami.org/fundacion-la-previsora

4. https://es.foursquare.com/v/torre-la-previsora/4ccde82072106dcb4ce1a599 y https://www.metamiami.org/fundacion-la-previsora

5. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

6. Cortesía del arquitecto Francisco Pimentel Malaussena.

PATRIMONIO MODERNO EN PELIGRO

Intervención de la planta baja del edificio La Previsora.

Hemos recibido de parte de la presidente del Colegio de Arquitectos de Venezuela (CAV), arquitecto Marianella Genatios, dos comunicaciones firmadas por la Junta Directiva de esa organización gremial: la primera fechada el 17 de febrero del presente año titulada “Parque del Este de Caracas, un bien patrimonial en peligro”; y la segunda del 23 de marzo titulada “Patrimonio arquitectónico venezolano: valoración, conservación y destrucción”.

Ambas tienen como antecedente la solicitud hecha por escrito por el arquitecto Francisco Pimentel Malaussena (Premio Nacional de Arquitectura, Doctor Honoris Causa de la UCV y Miembro de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat), el 13 de enero a una serie de instituciones en la que describe y analiza con toda claridad la serie de agresiones de las que ha sido objeto el espacio público en Caracas durante los últimos años. Acompañado de contundentes argumentos, Pimentel solicita la atención y manifestación de parte de los Colegios Profesionales, sus Tribunales Disciplinarios y comunidad en general sobre lo que considera, con toda razón, un atropello salpicado de desidia y falta de ética tanto de muchos organismos oficiales como de los profesionales que tienen en sus manos poder de decisión y de intervención.

Señala Pimentel de manera particular los casos de las actuales agresiones de que han sido objeto: el Edificio El Universal, Premio Nacional de Arquitectura; el Edificio La Previsora, Premio Nacional de la Cámara de la Construcción; y la posible contratación de modificaciones a la estructura y perfil del Edificio Británica, obras realizadas en diferentes momentos dentro de la oficina en la que compartía sociedad con el fallecido arquitecto Bernardo Borges y en las que colaboraron diferentes profesionales de la arquitectura y la ingeniería.

Cierra Pimentel manifestando su deseo de que “el Ministerio de Cultura, la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, el Colegio de Ingenieros de Venezuela; el Colegio de Arquitectos de Venezuela, la Municipalidad de Caracas y demás organismos competentes, atiendan prontamente estos preocupantes planteamientos que afectan el patrimonio arquitectónico y cultural de nuestra Capital”.
La solicitud de apoyo institucional hecha por Pimentel fue atendida por el CAV y respondida a través de la comunicación ya mencionada del 23 de marzo que, a solicitud de la arquitecto Genatios, hemos decidido transcribir en su totalidad para que nuestros lectores, además de tomar conciencia de la magnitud del problema, se incorporen a una cruzada que desde aquí acompañamos y compartimos.

Deterioro y abandono del edificio de El Universal.

PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO VENEZOLANO:

VALORACIÓN, CONSERVACIÓN Y DESTRUCCIÓN

El acuerdo común que el patrimonio arquitectónico venezolano constituye un legado cultural que recibimos del pasado, que vivimos en el presente y que debemos proteger para que se perpetúe en el futuro. Forman parte de nuestra memoria, son baluartes de la venezolanidad y son valores que identifican nuestra cultura y desarrollo en el devenir de nuestra nación.

Según la UNESCO, “el patrimonio cultural es un conjunto determinado de bienes tangibles, intangibles y naturales que forman parte de prácticas sociales, a los que se les atribuyen valores a ser transmitidos, y luego resignificados, de una época a otra, o de una generación a las siguientes.” Es por ello que las obras de arquitectura de valía, forman decididamente, parte fundamental del patrimonio cultural tangible del país. Hecho innegable.

Por ello, desde el Colegio de Arquitectos de Venezuela (CAV), reconocemos las acciones de arquitectos insignes, que han llevado adelante edificaciones y demás obras de calidad excepcional distribuidas en el territorio nacional. Estas obras constituyen nuestro legado, muestras de talento profesional, de esfuerzo sostenido, de responsabilidad profesional apegada a la calidad, de compromiso y vocación de servicio de colegas con el país y su esfuerzo por contribuir a elevar la calidad de vida de nosotros. Son numerosas las obras de arquitectura reconocidas a nivel internacional, nacional y/o local, realidad que las hace merecedoras de respeto y de esfuerzos en su conservación integral.

Por lo expuesto, desde el CAV expresamos nuestra preocupación por las muestras evidentes de deterioro y hasta de demoliciones de obras de arquitectura patrimoniales, por la progresiva destrucción del espacio público, de la merma de la calidad ambiental y consecuentemente, de vida del venezolano. Asimismo, esta inquietud incluye la ausencia de planes urbanos actualizados y factibles, la inobservancia de los pocos existentes, el proceso de crecimiento descontrolado de áreas urbanas de baja y de alta densidad, en zonas vulnerables, a los que no se les ha dotado de servicios básicos. En fin, se trata de una recurrente situación en el acontecer en donde no se avizoran cambios favorables.
Particularizando, hacemos un llamado al merecido respeto que corresponde a los bienes arquitectónicos que están en nuestras ciudades y pueblos, a aquellos que están siendo modificados de manera desconsiderada, atropellante, en su esencia, vandalizados y hasta destruidos.

Lamentamos profundamente intervenciones que se han realizado en obras simbólicas y de importancia, así como también el desempeño de colegas que se han prestado para la realización de tales atropellos.  Por ello, hacemos un urgente llamado a los organismos que les corresponde el control de las actividades arquitectónicas y urbanísticas, a velar por que dichas actuaciones sean coherentes, que no colidan con la ética ni con los instrumentos legales vigentes que rigen la materia.

Dada la situación actual, urge hacer esfuerzos por la restauración y conservación del patrimonio arquitectónico. La valoración justa de la obra y su contexto es más que necesaria, es indispensable. Ya basta de tanta desconsideración, destrucción, irrespeto.

De más está decir que en Venezuela tenemos actualmente reconocidos maestros y especialistas que bien pueden orientar sobre esta especialidad importantísima: la conservación y hasta de las modificaciones que puedan requerirse en la obra de arquitectura. Con toda seguridad, estamos seguros de que colegas especialistas antepondrán su mejor empeño y disposición para proteger la integridad y calidad de obras que son símbolos y, por tanto forman parte de la memoria de los venezolanos.

¿Es necesario restaurar, modificar, adecuar o reciclar una obra de arquitectura de valor? Pues el deber, lo lógico y hasta legal (en atención a la legislación vigente sobre derecho de autor), es llamar al autor (arquitecto) que la diseñó y contratar sus aportes; y en caso de tratarse de una obra antigua o en el caso que el arquitecto haya fallecido, pues convocar a los especialistas. Nos referimos a que se realicen trabajos de calidad, de respeto, por expertos.

Esta preocupación que motiva la presente, ha sido ampliamente debatida y difundida en el CAV reiteradamente en diferentes conversatorios, foros, conferencias, con invitados destacados, nacionales e internacionales. Entre otros mencionamos a colegas participantes de reconocida trayectoria, como Marco Negrón, Oscar Olinto Camacho, Alfredo Cilento, Oscar Tenreiro, Mercedes Marrero, Mia Lehrer, Domingo Acosta, Martha Fajardo, Roberto Ameneiro, Carlos Gómez de Llarena, entre otros.

Lamentablemente saltan a la vista frecuentes “adecuaciones” que se han realizado o están en plena ejecutoria, de edificaciones patrimoniales realizadas por notables arquitectos y que han sido premiadas o declaradas como patrimonio por instituciones oficiales, nacionales e internacionales. Solo por nombrar algunos casos: las Torres de El Silencio (de Cipriano Domínguez, con la colaboración de Tony Manrique de Lara y José Joaquín Álvarez), Parque Central (de Henrique Siso Maury y Daniel Fernández-Shaw), la Aduana de Puerto Cabello (de Julián Ferris), el edificio de Seguros Orinoco (de José Miguel Galia), la sede del Ateneo de Caracas (de Gustavo Legórburu), el Parque del Este (de Roberto Burle Marx con la colaboración de Fernando Tábora y John Stoddart), el edificio El Universal (de Francisco Pimentel. Jacobo Borges -sic.- y George Wilkie) y la Torre La Previsora (de Francisco Pimentel, Bernardo Borges y Pablo Lasala).

En estos momentos de la historia que compartimos, hacemos un llamado a la reflexión, a la necesidad de trascender como quienes procuramos la conservación y protección del patrimonio arquitectónico nacional. Aportemos a la justa valoración de símbolos baluartes de arquitectura, al respeto y reconocimiento de nuestros maestros y sus legados.

Finalmente, ahondando más en el tema aquí expuesto, vale la pena difundir el comunicado del Dr. Académico Arq. Francisco Pimentel Malaussena, relativa a su justificada preocupación ante el progresivo deterioro ecológico, la destrucción ambiental, la ausencia de planes urbanos, el incumplimiento de los pocos existentes y aplicables y el irrespeto y atropello en contra de dos obras de arquitectura de reconocido valor de su autoría. Seguidamente difundimos el texto completo de la referida comunicación en las redes institucionales del CAV y exhortamos a todos los colegas, instituciones y autoridades a su obligatoria lectura y actuar en consecuencia.

Junta Directiva Nacional del Colegio de Arquitectos de Venezuela

Caracas, 23 de marzo de 2023

ACA

INVITACIÓN

ANIHVEN (Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat) invita a la sesión de incorporación del Arq. Francisco Pimentel Malaussena, como Miembro Honorario.

Día: Martes 20 de septiembre 2022.

Hora: 10:00 Caracas

Los datos para el ingreso a la reunión son los siguientes:

https://us02web.zoom.us/j/81397236169?pwd=Uy96RVFOcy85eEtqanpGNFNFNkpidz09

ID de reunión: 813 9723 6169

Código de acceso: 899756

ACA

1996• Residencias Ana T

1996• Se concluye la construcción del edificio Residencias Ana T en una parcela de 1.947,38 metros 2 de la urbanización Campo Alegre, Municipio Chacao, Caracas, proyectado por la firma Borges, Pimentel y Capiello (integrada por los arquitectos Bernardo Borges Winkelmann (1932-2010), Francisco Pimentel Malaussena (1934), ambos graduados en la FAU UCV en la promoción 6 / 1957 y Oscar Capiello Llamozas (FAU UCV promoción 30 B / 1983).
El edificio fue calculado por el ingeniero Denis Rodríguez y construido por el ingeniero Francisco Pimentel González.

Residencias Ana T totaliza 3.940 m2 de construcción en sus siete niveles (35 apartamentos y 4 PH).
La planta baja tiene 5 apartamentos, cinco pisos tipo con 5 apartamentos en cada uno y un último nivel o PH con 4 apartamentos, además de los dos sótanos para estacionamiento y está servido por dos ascensores.
Los apartamentos tipo tienen en 80 m2 sala-comedor en un solo ambiente, dos habitaciones y dos baños, mas 55 m2 de terraza. Los apartamentos ubicados en los extremos de la planta tienen 8 m2 más de área.
La superficie de los cuatro apartamentos del nivel PH varía entre 96 m2 y 131 m2, tienen en su distribución: sala-comedor en un solo ambiente, dos habitaciones, dos baños y un balcón.
Los apartamentos tienen pisos de mármol en las áreas sociales y parquet en las habitaciones
El edificio fue recubierto en tablillas de arcilla, tiene una magnífica protección solar, muy a muy cuidados detalles constructivos.

HVH