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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 344

La decisión de la Royal Dutch Shell de cambiar su sede de San Bernardino, donde se había instalado en 1950 en el edificio diseñado por Clarence Badgeley y Charles Bradbury cuatro años antes, la convierte en la segunda empresa que engrosa el segundo “distrito petrolero” que, a partir de mediados de los años 1950, Henry Vicente ubica en el eje que va desde Los Chaguaramos a Chuao al sur del río Guaire.

Al igual que otros consocios dedicados a la extracción de hidrocarburos, tras casi 40 años de presencia en el país caracterizados por la dispersión de sus dependencias y la ausencia de sedes realmente corporativas, la Shell (que había llegado a Venezuela en 1912) se ubica durante las décadas de 1920 y 1930 en la esquina de Mijares de la capital venezolana instalando allí en una modesta edificación existente una división más de la compañía.

Dicha situación cambiará a partir de la promulgación de la Ley de Hidrocarburos de 1943, la cual (en concordancia con la coyuntura de la Segunda Guerra Mundial), impulsará una modificación sustancial de las relaciones de las petroleras con el país. Producto de ello será, por un lado, la construcción de refinerías (Cardón por parte de la Shell en 1949 y Amuay por la Creole en 1950) y, por el otro, la decisión de centralizar en Caracas la dirección de las empresas y la consecuente construcción de sendas sedes.

1. Clarence Badgeley y Charles Bradbury. Primer edificio sede de la Royal Dutch Shell, San Bernardino, Caracas (1950) -hoy Comandancia General de la Armada-

Serán La Candelaria y San Bernardino, como bien señala Henry Vicente, los epicentros de lo que considera el primer Distrito Petrolero detectado en la ciudad y el lugar donde, como ya mencionamos, la Shell, luego de adquirir en 1945 un terreno de 12.132 m2, decidirá levantar su flamante centro de operaciones de 14.430 m2 de construcción y tres niveles que, siguiendo un esquema beauxartiano, remataría el eje de la arbolada avenida Vollmer de la primera urbanización que desarrolló un esquema de ocupación territorial diametralmente opuesto al del casco histórico. Considerado en su momento como “el edificio de oficinas más grande de la ciudad”, las demoras para su apertura definitiva en 1950 fueron achacadas por W. L. Forster, gerente general de la Shell, a la dificultad para obtener los materiales debido a la escasez ocasionada por la guerra.

Tras la mudanza en 1955 de la Creole a su nueva sede en Los Chaguaramos (proyectada por Lathrop Douglass en 1949), a ocho años de haber dejado la anterior (que ocuparía la Seguridad Nacional) en la Plaza Mohedano -denominada Plaza Morelos a partir de 1953-, se daría el primer paso para la conformación del segundo Distrito Petrolero a lo largo de la ribera sur del Guaire.  Siguiendo los pasos de la Creole, la Shell hará otro tanto cuando, por “‘la falta de adecuados estacionamientos para automóviles, imperdonable para un arquitecto norteamericano y un cliente petrolero’, como decía Rafael Valery, y las carencias del edificio obligaron a buscar otras sedes, como la Casa de Italia (1958), obra de Doménico Filippone, mezcla de usos de oficinas, comercio y actividades propias de un centro social de inmigrantes”, en 1960 se mudaría al este de la ciudad.

2. Dos fotografías de la maqueta de la segunda sede de la Shell a construirse en Chuao.
3. El segundo edificio sede de la Shell y su entorno en fechas cercanas a su inauguración en 1960.

El nuevo edificio de la Shell, a diferencia del anterior incorporado en una trama bien estructurada, se ubicaría en un sector vacío de la urbanización Chuao destinado a comercios y oficinas apareciendo como primer elemento de importancia en una zona que se poblará posteriormente de edificios corporativos y en la que privará el valor de cada pieza como solista en detrimento de un verdadero valor coral.

También a diferencia de la sede anterior, el nuevo edificio será diseñado por arquitectos radicados en Venezuela. Corresponderá a Diego Carbonell y Miguel Salvador Díaz junto a José Lino Vaamonde llevar adelante entre 1957 y 1958 el proyecto arquitectónico que, además de resolver las insuficiencias de espacio y unificar la dispersión de sus funciones en la ciudad, devolvía a la empresa una imagen corporativa contundente. Así, proponiendo un elegante prisma moderno de correctas proporciones, líneas y colores sobrios, que funcionaba eficientemente y se elevaba imponente en el entorno, quedaban atrás las reminiscencias academicistas del edificio anterior.

La torre de 17 pisos estaría equipada con diez ascensores, aire acondicionado central en todas sus áreas, servicios de última generación para los empleados (entre los cuales destacaba un consultorio médico ubicado en la planta baja), una amplia sala de cine para cien personas y un estacionamiento con capacidad de 1.030 puestos, clara señal de que se privilegiaba el acceso por automóvil, en virtud de que el lote de terreno sobre el cual se construyó es una “isla” en medio de Chuao, como asomáramos anteriormente.

4. Diego Carbonell y dos de sus obras. El Centro Comercial del Este (1953) y la sede del Colegio de Médicos del Distrito Federal (1955).

Diego Carbonell Parra (Rio de Janeiro, 1923-Caracas, 2000), arquitecto egresado del Massachusetts Institute of Technology (MIT), al regresar a Venezuela proyectó en 1947 la sede de la Cruz Roja Venezolana para, posteriormente, conformar junto a Tomás José Sanabria entre 1949 y 1953 una de las primeras oficinas de arquitectura del país de cuya sociedad destacan, por un lado, una serie de casas notables impregnadas de un funcionalismo ligado a la tradición y, por el otro, su participación en los proyectos para el edificio de oficinas Pardo e hijos (1951), la sede de la Electricidad de Caracas en San Bernardino (1951-53) y el Grupo Escolar Carlos Delgado Chalbaud (1952-53), entre otros. Luego, en solitario, diseñará en Caracas: el Centro Comercial del Este (1953, sobre la avenida Casanova); la sede del Colegio de Médicos del Distrito Federal (1955, Plaza Las Tres Gracias); el edificio Las Fundaciones (1955, Avenida Andrés Bello); el edificio La Hacienda (1957, Las Mercedes); y la Casa Club del Junko Golf Club (1958, El Junko), por citar algunas de sus obras, a las que habría de sumarse el trazado y diseño de viviendas tipo para las urbanizaciones Santa Marta y Santa Cecilia contratado por Venezolana de Inversiones -VICA- (1955) y, entre 1976 y 1982, el Centro Ciudad Comercial Tamanaco (CCCT), Chuao, con el arquitecto norteamericano Chris Ramos.

5. Miguel Salvador Díaz y dos de sus obras. El Instituto Nacional de Tuberculosis (1950) y el Mirador El Vigía (1954).

Por su parte, Miguel Salvador Díaz, nacido en Madrid en 1926, hijo del arquitecto exiliado Fernando Salvador Carreras de amplia trayectoria en Venezuela en el área médico-asistencial, egresará de la UCV en 1948 como parte de la 1ª promoción de la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Ingeniería. Diseñaría como sus obras más destacadas: el Instituto Nacional de Tuberculosis, El Algodonal, Antímano, Caracas, inaugurado en 1950; el Mirador El Vigía, Ciudad Vacacional Los Caracas, Litoral Central (1954); y la Casa Parroquial junto a la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, Las Mercedes, Baruta (1955).

6. José Luino Vaamonde y dos de sus obras. El Edificio de oficinas de la refinería Cardón (1959) y el Club Manaure (1953).

José Lino Vaamonde (Orense, 1900-Caracas, 1986), director de Arquitectura de la Shell para cuando es proyectada la segunda sede de Caracas, exiliado político a causa de la Guerra Civil española, también diseñaría para la petrolera: el Edificio Shell para el Agricultor, Cagua, estado Aragua (1952), el Centro de Entrenamiento Artesanal de Lagunillas, estado Zulia (1953); el Club Manaure, Cardón, estado Falcón (1953); la Unidad de quemaduras del Hospital Shell, Maracaibo, estado Zulia (1955); el Plan Regulador de Lagunillas, estado Zulia (1958); el Edificio de oficinas de la refinería Cardón, estado Falcón (1959), y las Estaciones de Servicio Blandín, La Castellana, Caracas (1954) y Las Mercedes, Caracas (supervisando a Carlos Augusto Gramcko, 1955). En solitario, proyectaría el Colegio Claret, Los Dos Caminos, Caracas (1957).

7. Vista general de la fachada norte del edificio La Estancia -hoy sede de la Universidad Nacional Experimental de las Fuerzas Armadas -UNEFA- (c.2015)

El “cuartel general” de la Shell en Chuao, conocido también como edificio La Estancia, se planteó, como señala Iván González Viso en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), “con el núcleo de circulación ubicado en la fachada sur, permitiendo liberar la fachada norte. Ambas fachadas están protegidas por brise soleil de aluminio, elemento que le otorga al edificio su especial carácter”. Y añade: “Los pórticos ubicados en planta baja otorgan escala al visitante”. Por otro lado, las fachadas este y oeste, ciegas, cobran escala gracias a la presencia de las ligeras escaleras de emergencia, contrastantes con relación a la solidez del volumen.

A modo de complemento, Hannia Gómez en Suite Iberia. La arquitectura de influencia española en Caracas, catálogo de la exposición del mismo nombre montada en la Sala TAC entre julio y agosto de 2015, apuntará: “La adusta y enorme torre de oficinas, un verdadero ícono moderno, atracó en el este de la ciudad derrochando severidad con su escala asombrosa. En ella se entretejen ‘la rígida batuta geométrica producto de la saga académica del MIT’ de Carbonell, la mano del airoso diseño de Miguel Salvador Díaz y el amor por las cubiertas plegables de concreto de Vaamonde”.

8. Fachada sur (izquierda arriba y abajo) y detalles del acceso y la fachada norte del edificio La Estancia.

Es tal vez la caracterización del edificio lograda a través de la piel de aluminio que lo envuelve y funge de protección solar, lo que sin duda nos permite concluir que, a pesar del cambio de uso y de los elementos añadidos al sur del terreno y la planta baja al que ha sido sometido para albergar un centro educativo, Carbonell, Salvador y Vaamonde tenían muy claro donde estaba el norte, condición que hoy hemos reavivado con la transcripción del texto de Posani.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. Colección Crono Arquitectura Venezuela

1. http://guiaccs.com/obras/comandancia-general-de-la-armada-antiguo-edificio-shell/

2. Catálogo de la exposición Suite Iberia. La arquitectura de influencia española en Caracas (2015)

3. https://www.facebook.com/photo/?fbid=904990736207624&set=diego-carbonell-parra-con-miguel-salvador-diaz-edificio-la-estancia-en-construcc

4. https://www.facebook.com/photo/?fbid=904990736207624&set=diego-carbonell-parra-con-miguel-salvador-diaz-edificio-la-estancia-en-construcc y Colección Crono Arquitectura Venezuela

5. https://www.facebook.com/photo/?fbid=664130150293685&set=a.592640707442630

6. https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Lino_Vaamonde y https://www.instagram.com/p/CnQse8HL_-P/

7. https://www.flickr.com/photos/juliocesarmesa/34026217440

8. https://elgrangestor.com/c-venezuela/unefa/, https://www.vtv.gob.ve/tag/unefa/, https://twitter.com/Edcruzideas/status/1507043862329667586/photo/1, https://twitter.com/ArquitecturaVzl/status/315205588676141056 y http://guiaccs.com/obras/edificio-la-estancia-antiguo-edificio-shell/

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 328

El edificio Las Fundaciones, cuya fotografía tomada en fechas cercanas a su inauguración en 1955 engalana nuestra postal del día de hoy, es uno de los primeros trabajos realizados por Diego Carbonell Parra (1923-2000), tras disolverse la sociedad que mantuvo con Tomás José Sanabria entre 1949 y 1953, la cual dejó una fructífera producción entre obras y proyectos. También es la segunda edificación de importancia realizada por el empresario Eugenio Mendoza Goiticoa (1906-1979) en la avenida Andrés Bello. La primera, de 1945, fue el Hospital Ortopédico Infantil, proyectado en un terreno aledaño por Carlos Guinand Sandoz en conjunto con la firma norteamericana conformada por Wallace Harrison, Jacques-André Fouilhoux y Max Abramovitz. El hospital está vinculado a la Fundación Venezolana para la Parálisis Infantil creada en 1942 por Mendoza, primera de dos que hallarían cobijo y se beneficiarían de la rentabilidad del edificio diseñado por Diego Carbonell que hoy nos ocupa.

1. Eugenio Mendoza Goiticoa (1906-1979) y su primera gran obra filantrópica: el Hospital Ortopédico Infantil (1945), aledaño al edificio Las Fundaciones.

La labor filantrópica de Mendoza, compartida con la creación de empresas de diferente tenor, seguirá con la gestación en 1951 junto su esposa Luisa Rodríguez Planas de la Fundación Eugenio Mendoza (la segunda vinculada a la obra de Carbonell) dedicada a 3 fines primordiales: la ayuda al niño, a la agricultura y a la cultura y, en 1958, con la creación de la Fundación de la Vivienda Popular, completada en 1961 con el Banco Hipotecario de la Vivienda. Más adelante, en 1964, Mendoza se convertirá en el principal propulsor y partícipe en la Declaración de Responsabilidad Social de la Libre Empresa, que daba piso principista a la organización y al concepto del Dividendo Voluntario para la Comunidad, basado en la participación del empresariado nacional, mediante el aporte de un tanto por ciento de los beneficios anuales de cada empresa, a fin de llevar a cabo con más posibilidades una acción social de mayor alcance para resolver los problemas de la población más necesitada. Anteriormente, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, Mendoza había sido llamado por el presidente de la República general Isaías Medina Angarita, para encargarse del Ministerio de Fomento (1942-1943) y en 1958, a la caída del régimen de Marcos Pérez Jiménez, es designado miembro de la nueva Junta de Gobierno pero renuncia a los pocos meses.

2. El edificio Las Fundaciones visto esde la plaza Andrés Bello en la década de 1960 (izquierda). Plano de conjunto (derecha).
3. El edificio Las Fundaciones visto desde el sureste por el lente de Leo Matiz en fechas cercanas a su puesta en funcionamiento.

El edificio proyectado por Carbonell para Mendoza, situado al lado norte de la avenida Andrés Bello entre la plaza dedicada al prócer (inaugurada en 1956) y el Hospital Ortopédico Infantil, se concibió basado en dos cuerpos: el bajo, alargado a lo largo del eje oeste-este del terreno (lo que acentúa su horizontalidad); y una torre de oficinas de planta rectangular, con el eje mayor también en sentido oeste-este, ubicada en el extremo oeste. Los criterios que justificaron la asunción de este partido arquitectónico están aclarados plenamente en la Memoria Descriptiva publicada en el nº 4 de la revista Integral (junio de 1976) junto al resto del proyecto. Allí se explica que las masas generales del edificio “fueron definidas por las condiciones del subsuelo formado sustancialmente por grandes rellenos provenientes de la construcción de la Avenida. Así, en el extremo oeste se colocó la torre de oficinas, la cual comprende sótano, planta baja y mezanine, ocho plantas de oficinas y departamento ejecutivo en la planta superior. En el extremo este el relleno alcanza un máximo de dieciocho metros, lo que planteaba un difícil problema en el aspecto relativo a fundaciones; en ese extremo se desarrolla una planta comercial con mezanine parcial, y para solucionar el problema de las fundaciones se adoptó una estructura liviana, constituida por losas onduladas de seis centímetros de espesor”.

4. Edificio Las Fundaciones. Planta baja comercial y de acceso a la torre de oficinas (arriba) y sótano (abajo).
5. Edificio Las Fundaciones. Corte en sentido norte-sur de los comercios.

Así, el cuerpo bajo contiene en planta baja 13 locales comerciales 12 con mezzanina y sólo ocho de ellos con sótano de tal forma que hay dos que por no tener sótano son de mayor tamaño en planta baja. También el programa contemplaba una “sala expositiva de arte” (sin mezzanina) ubicada entre los locales 9 y 10 con la misma área que éstos en planta baja pero con un amplio sótano donde se podían realizar exposiciones. La cubierta ondulada de concreto que los cubre se encuentra inclinada de menos a más en sentido norte-sur para permitir la existencia hacia la avenida Andrés Bello de las ya mencionadas mezzaninas que a su vez protegen un pasillo abierto al exterior que comunica los comercios entre sí. El extremo este fue rematado por un local de mayor tamaño (el nº13) que originalmente estuvo destinado a ser concesionario de automóviles de la marca DeSoto (fabricada por Chrysler Corporation de 1928 a 1960). El local nº1, ubicado en el extremo oeste, con mezzanina, sótano, una amplia vitrina a doble altura y la cubierta ondulada colocada en sentido perpendicular a la del resto del cuerpo bajo, contribuye a definir el atrio que da acceso al edificio. En él, en algún momento funcionó otro concesionario de vehículos en este caso de la marca Renault. Por otra parte, la “sala expositiva de arte” estuvo ocupada durante muchos años por la Sala Mendoza vinculada directamente a los intereses filantrópicos del propietario del edificio. Los estacionamientos de todo el edificio fueron resueltos al aire libre, al norte, en la parte posterior del terreno donde también se colocó un jardín de infancia.

6. Edificio Las Fundaciones. Corte por la torre de oficinas mostrando el hall de acceso.
7. Edificio Las Fundaciones. Planta tipo torre de oficinas (arriba). Planta nivel pent house (abajo)
8. Edificio Las Fundaciones. Vista desde el suroeste donde se puede apreciar el atrio de acceso a la torre de oficinas y el cambio en la dirección de la cubierta ondulada del cuerpo bajo.

El acceso a la torre de oficinas (en cuyo pent house se encontraba la sede de las dos fundaciones) tiene la particularidad de que está marcado por un atrio conformado por el cambio de sentido de la cubierta ondulada del que se beneficia igualmente el local nº1, como ya se indicó.

9. Edificio Las Fundaciones. Vista desde el pent house hacia el este de la ciudad.
10. Edificio Las Fundaciones. Vista desde el interior de la fachada sur y corte-detalle de la misma.

De la Memoria Descriptiva publicada en Integral también se recoge lo siguiente: “Toda la torre de oficinas está dotada de aire acondicionado. En el sótano se instaló el equipo de enfriamiento de agua, la cual es bombeada a los equipos de ventiladores instalados en cada piso. Los ductos son exteriores y están colocados en la fachada norte, formando los antepechos de las ventanas y sirviendo de protección contra la lluvia y el sol”. Ese particular tratamiento de la fachada norte estuvo acompañado de una preocupación climática similar para la fachada sur pero en este caso más cuidadosa de mostrar el carácter de una edificación ubicada en el trópico. Así, “para controlar el soleamiento en la fachada sur, se estudiaron unos dispositivos especiales formados por láminas verticales de asbesto, de sesenta centímetros de profundidad y un centímetro de espesor, y bóvedas horizontales de aluminio de dos milímetros de espesor y ciento veinte centímetros de profundidad, que unen las láminas verticales de asbesto”. Cabe destacar que todas las ventanas (en las que se colocaron cristales “Solex”) pueden abrirse en caso de que se presenten fallas en el sistema de aire acondicionado.

11. Edificio Las Fundaciones. Planta tipo de oficinas con la ampliación de 1979.
12. Vista desde el sureste del edificio Las Fundaciones con la ampliación de la que fue objeto en 1979.

En 1979, año que coincide con el de la muerte de Eugenio Mendoza, se concluye la construcción del proyecto de Bernardo Borges, Francisco Pimentel y Pablo Lasala, para ampliar en 20.000 m2 el edificio Las Fundaciones. La ampliación, que eliminó el atrio de acceso de la edificación original desvirtuando su concepción arquitectónica, y añadió una escalera contra incendios en el extremo este del volumen diseñado por Diego Carbonell, está conformada por una torre adosada de 19 pisos que no contempló transición formal alguna con la obra preexistente.

El edificio Las Fundaciones fue expropiado por Fogade como parte de la crisis bancaria que afectó el sistema financiero venezolano a finales de los años 1990. Actualmente es la sede del Ministerio del Poder Popular para la Alimentación.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 12. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

  1. https://www.ccscity450.com/obra/hospital-ortopedico-infantil/ y Colección Crono Arquitectura Venezuela.

2. http://viejosrecuerdos.eklablog.com/plaza-andres-bello-a127262154 y Revista Integral nº 4, junio de 1976.

3. https://twitter.com/materialesamv/status/1116063605215170562

4, 5, 6, 7, 9 y 10. Revista Integral nº 4, junio de 1976.

8. https://www.facebook.com/DOCOMOMO.VE/photos/diego-carbonell-parra-edificio-las-fundaciones-avenida-andres-bello-caracas-1950/1088015867905109/

11. Mariano Goldberg. Guía de edificaciones contemporáneas en Venezuela. Caracas. Parte 1, 1980

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 224

El Centro Ciudad Comercial Tamanaco (mejor conocido por sus siglas CCCT) ostentó durante muchos años el lugar que lo colocaba con el establecimiento de su tipo más grande del país. Ello ocurrió desde que se terminó su primera etapa en 1976 hasta 1998 cuando abre sus puertas el Centro Comercial Sambil Caracas. La denominación de ciudad comercial tiene que ver justamente con sus dimensiones, las características de su organización y la diversidad de usos que alberga. Se levanta sobre un terreno de aproximadamente 83.000 m2 (8,3 Há) ubicado en la urbanización Chuao, municipio Chacao, estado Miranda, que, luego de la lotificación de la hacienda de la cual tomó el nombre la urbanización, estuvo durante muchos años vacío y luego subutilizado como lugar donde funcionaba el Autocine o Cinemóvil Tamanaco.

1. Arquitecto Diego Carbonell Parra (1923-2000)
2. Vista aérea del sector de Chuao en 1970 donde se construiría el Centro Ciudad Comercial Tamanaco y otros importantes edificios

Su proyectista, Diego Carbonell Parra (1923-2000), egresado del Massachusetts Institute of Technology en 1944, Presidente de la Sociedad Venezolana de Arquitectos (SVA) (1951-53) y uno de los miembros fundadores de la FAU UCV (1953), ya había hecho acto de presencia casi a modo fundacional en la zona donde se implantará el CCCT diseñando entre 1957 y 1958 junto a Miguel Salvador Díaz y José Lino Vaamonde el edificio La Estancia (antiguo edificio Shell, luego Maraven y hoy sede de la UNEFA), hito de la arquitectura moderna venezolana. También sería bueno recordar que Carbonell constituye entre 1949 y 1953 la que se reconoce como la primera oficina de arquitectura de Caracas junto a Tomás José Sanabria (Carbonell y Sanabria Arquitectos), experiencia que, al servir de modelo para otra serie de profesionales, cambiará el perfil de la disciplina durante la década de los 50 del siglo XX y que realizará una serie de obras señeras en las que modernidad y tradición serán tratadas con particular equilibrio. Ya de manera independiente Carbonell proyectará en 1953 el Centro Comercial del Este (sobre la avenida Casanova); en 1955 la sede del Colegio de Médicos del Distrito Federal (Plaza Las Tres Gracias) y el edificio Las Fundaciones (Avenida Andrés Bello); en 1957 el edificio La Hacienda (Las Mercedes); y en 1958 la Casa Club del Junko Golf Club (El Junko) por citar algunas de sus obras a las que habría de sumarse el trazado y diseño de viviendas tipo para las urbanizaciones Santa Marta y Santa Cecilia (1955).

En esta oportunidad Carbonell, quien durante los años sesenta había reorientado su actividad arquitectónica hacia el campo de la planificación y gerencia de edificaciones, se asociará para enfrentar el proyecto del CCCT con el arquitecto norteamericano Chris Ramos.

3. Diego Carbonell y Chris Ramos. Primera propuesta de conjunto para el Centro Ciudad Comercial Tamanaco (1971)

La ambiciosa propuesta, prevista para ser construida por etapas, se propone desde un inicio concentrar las edificaciones que la integran destinándose la casi totalidad del resto del terreno para resolver los estacionamientos los cuales se desarrollarían, además, en los sótanos del complejo. Los primeros bosquejos elaborados por Carbonell (1971) muestran la existencia de tres volúmenes principales en los que se jugaba con el escalonamiento de las fachadas de diferentes formas ofreciéndose una presencia si se quiere más homogénea en que ya destacaba la imagen de una pirámide invertida como elemento de mayor impacto visual.

Se buscaba en todo caso responder a las variables del contexto en el que se insertaba (rodeado de vías rápidas, de difícil accesibilidad peatonal y afectado por el cono de aproximación del Aeropuerto La Carlota) e impactar, dada su estratégica ubicación, mediante el uso del concreto armado obra limpia con visos brutalistas y el protagonismo del elemento piramidal que en definitiva identificará el conjunto de cara a la ciudad.

4. Anuncio promocional de la preventa del CCCT
5. Vista aérea de la primera etapa del CCCT junto al Distribuidor El Ciempiés y la Autopista Francisco Fajardo

El desarrollo y evolución del proyecto apuntará a acentuar y liberar la lectura formal del elemento protagónico de la composición (destinado a oficinas) el cual junto a la construcción en las plantas inferiores de un extenso centro comercial (con 9 salas de cine, el automercado CADA y la tienda por departamentos BECO como “anclas”) y las respectivas áreas de estacionamiento, conformará la primera etapa inaugurada el año 1976 luego de cuatro años de iniciadas las obras.

La “pirámide invertida”, que perdura desde el primer planteamiento de conjunto hasta la propuesta final, permitirá, además, incorporar importantes innovaciones estructurales, introducir la iluminación cenital a su espacio central y manejar de manera peculiar la incidencia solar en sus fachadas, aspecto este de importancia para el uso que alberga. Finalmente, estará acompañada para cuando se concluya la construcción de la segunda etapa (1982) de otras 4 torres de oficinas y un hotel de 200 habitaciones (morfológicamente muy distantes de la primera propuesta), incrementándose a 450 tiendas del centro comercial (tres niveles más) y a más de 5000 los puestos de estacionamiento.

6. Tomas cercanas de la «pirámide invertida» del CCCT
7. Vista aérea del CCCT totalmente concluido
8. Uno de los espacios interiores del CCCT

En total se construyeron 480.000 m2 bajo un esquema de propiedad multiuso, correspondiéndole a don Siro Febres Cordero, quien creó la empresa Ciudad Comercial Tamanaco, la tarea de reunir al nutrido grupo de inversionistas que se asociaron para lograr que la obra se concretara de acuerdo al proyecto definitivo de Carbonell (de mayor incidencia en la primera etapa) y Ramos (con mayor peso en la segunda).

Acompañaron a los arquitectos proyectistas en la tarea de llevar adelante los cálculos estructurales los ingenieros Francisco Pérez Rodríguez, Luís Enrique Madriz y Manuel Porras, con el apoyo de Hugo Hernández López y Celso Fortoul Padrón.

La construcción de la primera etapa se hizo a través de un consorcio formado por tres empresas: Fibrocemento, Inversora Taca y la Constructora de los Hermanos González. El ingeniero Francisco Pérez Rodríguez, se encargó de la inspección de la obra. Al iniciarse la segunda etapa se incorporó al Ing. Enrique Pardo Morales con un equipo de profesionales para contribuir con la supervisión de la obra en la que participaron más de 120 contratistas.

La condición de isla que siempre ha caracterizado al CCCT ha hecho de la llegada en vehículo su principal forma de acceso. Sin embargo, desde la apertura de la estación Chacao de la línea 1 del Metro de Caracas (1988) se ha reforzado su vinculación aunque lejana con este sistema de transporte, estándose a la espera de la finalización de las obras de la línea 5 que aproximaría a los usuarios desde la estación Tamanaco. Esta particularidad ha hecho que desde la apertura del Centro Sambil, mucho más accesible desde el transporte público, la actividad del CCCT disminuyera sensiblemente, obligando a sus propietarios a llevar a cabo importantes inversiones que han buscado una reactivación la cual ha llegado.

Pese a todo ello el CCCT (cuyo slogan es “todas las soluciones en un mismo lugar”) desde su apertura se convirtió en referencia y lugar de encuentro concentrando buena parte de los comercios de élite de la ciudad además de lugares de diversión y entretenimiento. Su versatilidad y permanente actualización le ha permitido albergar también exposiciones industriales y comerciales, eventos musicales y de entretenimiento a gran escala en su áreas destechadas. Hoy, sin duda, es una de los principales lugares de distracción dentro de una ciudad que no ofrece seguridad y que ha hecho de los centros comerciales cerrados y con sistemas de vigilancia espacios urbanos de disfrute masivo.

9. SIMBIOSIS Arquitectura + Gerencia. Arq. Alejandro Borges G. Dos láminas del proyecto presentado para el concurso privado organizado por el CCCT para la remodelación y actualización de los pisos del centro comercial. 2008

En 2013, a raíz de un concurso privado organizado por el CCCT para el proyecto de remodelación y actualización de los pisos del centro comercial ganado por la arquitecto Vivian Dembo, el arquitecto Alejandro Borges a la vez que presenta su propuesta, señala con claridad cómo “la dinámica urbana actual y la bien comprendida necesidad de generar espacios dados al peatón, han cambiado radicalmente el papel potencial de una pieza tan importante como lo es el CCCT. Tanto su escala como su ubicación en la ciudad lo han convertido en pieza fundamental en las posibilidades reales de establecer conexiones Norte-Sur en este tramo de nuestra ciudad combinando esfuerzos privados y públicos. Las presiones actuales ineludibles de múltiples fuerzas del lugar constituyen una oportunidad valiosa de desarrollar estrategias que permitan ser repetidas a lo largo de la gran escisión que representan la autopista y el río en el tejido de Caracas”. Y añade: “En la actualidad, el CCCT opera como un extraordinario pasaje urbano que de una manera precaria y accidental conecta peatonalmente la avenida Francisco de Miranda, el metro de Chacao y la avenida Libertador con el sector de Chuao y Las Mercedes. La nueva estación del metro Las Mercedes y el futuro Parque La Carlota van seguramente a acentuar el flujo peatonal desde y hacia el CCCT”, todo lo cual le permite realizar una interesante propuesta que con el título de “Arqueología del espacio. Del fragmento a la idea globalizadora” se puede consultar en el nº 103 de la revista entre rayas de febrero de 2014.

Diego Carbonell tras diseñar y ejecutar el CCCT recibió desde el gremio arquitectónico duras críticas en cuanto al claro distanciamiento que mostró esta obra con su anterior producción, muy alejada en cuanto a los patrones estéticos hasta entonces había manejado dando rienda suelta en este caso a las exigencias de inversionistas y agentes inmobiliarios. La desproporcionada escala de los espacios, falta de claridad en los recorridos y llegadas a las diferentes partes que lo conforman, ausencia de contacto con el exterior, impureza y descuido en el tratamiento de la masa construida, y presencia de materiales y acabados suntuosos y aleatoriamente combinados, si bien alejaron a Carbonell de la “buena arquitectura” dejaron sumamente satisfechos a los promotores y también a quienes desde mediados de los años 70 han podido conocerlo. La idea de una ciudad dentro de la ciudad donde la seguridad y el confort del usuario y del vehículo predominan lo convierten en pionero y referencia ineludible dentro de los malls caraqueños.

10. Julio Volante. “Edificio Ciudad Tamanaco”, 1964

Nota

Como dato curioso hemos encontrado que Julio Volante publicó en la Revista Punto nº 17, abril 1964, para la sección “Habla un arquitecto” la imagen de un proyecto que se identifica como “Edificio Ciudad Tamanaco” que bien podría ser una primera propuesta para el lugar donde finalmente de erigió en CCCT, sin que nos atrevamos a afirmarlo categóricamente. Sería interesante que nuestros lectores nos

ayudaran a corroborar si esto es o no cierto.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. https://www.academia.edu/36603255/Biografia_sobre_el_Arquitecto_venezolano_Diego_Carbonell_Parra

2, 3, 4 y 6. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

5. https://www.pinterest.com/pin/483574078716324439/

7. https://hectorucsar.wordpress.com/2012/12/06/caminando-por-caracas-piero/caracas-ccct/

8. https://www.tripadvisor.com.ve/LocationPhotoDirectLink-g316066-d316539-i94542393-Centro_Comercial_Ciudad_Tamanaco-Caracas_Capital_Region.html

9. https://entrerayas.com/2014/03/arqueologia-del-espacio-del-fragmento-a-la-idea-globalizadora/

10. Revista Punto nº 17, abril 1964